La referencia tiene que ver con el genocidio que vivió esa nación africana a causa de un conflicto que comenzó como un enfrentamiento entre etnias: Haití podría encaminarse a un escenario similar por la frágil institucionalidad en quedó tras la selección de un nuevo presidente provisorio por parte de un Senado diezmado y la decisión de la ONU de no enviar tropas, como habían pedido las autoridades.
Con apenas 10 de sus 30 integrantes originales, el Senado eligió como presidente interino a Joseph Lambert, mientras el primer ministro saliente y el designado apenas dos días antes del magnicidio se disputan el control del país.
La designación de Lambert es resultado de un acuerdo de partidos opuestos, que también acordaron que el cargo de primer ministro sea para Ariel Henry, nombrado por Moïse unos días antes de su asesinato. Quien debe dejar su lugar ahora es Claude Joseph, hasta ahora primer ministro, que tras la muerte de Moïse asumió la jefatura de Estado.