Por un lado, Díaz-Canel afirmó ayer que Estados Unidos tiene una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país”, tras las protestas contra su Gobierno que se registraron el domingo, ante lo cual Biden le pidió al régimen isleño” que escuche a su pueblo”.
Horas después de la reacción de Biden, su secretario de Estado, Antony Blinken, sostuvo en una conferencia de prensa que Díaz-Canel se equivoca al culpar a Estados Unidos por las protestas ciudadanas en su contra y dijo que sería un grave error que el régimen cubano interprete lo que está pasando en decenas de ciudades y pueblos en toda la isla como el resultado o el producto de algo que haya hecho Estados Unidos”.
Simplemente no están escuchando las voces y la voluntad del pueblo cubano, gente profundamente cansada de la represión que ha durado demasiado”, aseveró Blinken. Al contrario, Díaz-Canel señaló que su país vive una coyuntura difícil, agravada por los bloqueos adoptados por Estados Unidos para asfixiar la economía de la isla y provocar un estallido que justifique una intervención humanitaria.
Según el sitio de periodismo de datos sobre Cuba Invntario -financiado por la Universidad de Stanford-, el domingo se registraron unas cuarenta manifestaciones en todo el país. A su vez, organismos como Amnistía Internacional (AI), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de Estados Americanos (OEA), condenaron la represión de las protestas y reclamaron respeto por los derechos humanos.