El anuncio se conoció poco antes de que la ONU alertara que la financiación para adaptarse al cambio climático que requieren los países en vías de desarrollo es entre cinco y diez veces inferior a lo que se necesita.
La principal fuente de gases de efecto invernadero es el carbón y, según un informe que se conoció el miércoles, el uso de ese combustible fósil recuperó niveles récord tras una reducción por los confinamientos por el coronavirus y la parálisis de la economía global en 2020.
Uno de los acuerdos alcanzados ayer compromete a más de 40 países desarrollados y emergentes a dejar de financiar proyectos de generación de energía a partir del carbón en sus territorios y en el extranjero.
Según el convenio, las naciones más ricas se comprometieron a eliminar esa fuente de energía para 2030, mientras que los firmantes emergentes lo hicieron para 2040. Si bien el acuerdo fue firmado por algunos de los países que más carbón utilizan, también quedaron afuera algunas de las naciones que más dependen de esa fuente de energía, como Australia, India o el propio Estados Unidos, que son los mayores contaminadores.
China tampoco subscribió el acuerdo, pero ya en septiembre pasado había anunciado que pondría fin a la financiación de proyectos de carbón en el extranjero, aunque no en su territorio. El fin del carbón está a la vista”, celebró Kwasi Kwarteng, secretario de Empresa y Energía del gobierno británico, aunque las organizaciones ecologistas relativizaron su entusiasmo.
Acuerdo para acabar con los combustibles fósiles
Al menos 20 países, incluido Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y el bloque de la Unión Europea (UE), se comprometieron en la conferencia climática COP26 a dejar de financiar proyectos para explorar o explotar combustibles fósiles en el extranjero para fines del próximo año y priorizar el desarrollo de energías limpias.
El anuncio fue recibido con cautela por organizaciones ecologistas ya que entre los países firmantes hay Estados como Mali o las Islas Marshall sin capacidad propia para hacer este tipo de inversión multimillonaria en el extranjero, aunque sí suelen ser receptores de estos proyectos.
La iniciativa, impulsada por Gran Bretaña -país anfitrión de la conferencia sobre el cambio climático-, llegó en plenas negociaciones y en la víspera de dos grandes jornadas de movilización en las calles de la ciudad escocesa, marcadas por los reclamos de acciones más importantes y vinculantes.
Si bien la pandemia frenó la economía mundial y con ello la contaminación del planeta que provoca el consumo de energía fósil –en total, las emisiones cayeron un 5,4% en 2020-, la situación volvió a complicarse en 2021.
Un estudio del Global Carbon Project, un consorcio internacional de científicos, presentado el miércoles en la COP26 advirtió que esas emisiones volverán a subir este año, nada menos que un 4,9%, hasta situarse a menos de un 1% del récord que tuvieron en 2019, lo que supone unas 36.400 millones de toneladas de gases contaminantes expulsadas a la atmósfera. Estas emisiones pueden proceder de la quema de carbón, de petróleo o de gas, lo que se conoce como combustibles fósiles”.
En el caso del carbón, se espera que las emisiones crezcan un 5,7% (del 4,5% al 6,8%), superando los niveles precovid en un 1%; para el gas, se espera que suban un 4,3% (del 3,2% al 5,4%), superando los niveles de 2019 en casi un 2%; y del petróleo, proyectan un aumento del 4,4% (del 3,0% al 5,8%), según el estudio. Aun así, gracias al gran descenso de 2020, las emisiones se mantendrán por debajo de los niveles de 2019 en casi un 6%.