El ataque delictivo que Roberto Carmona cometió durante la semifinal del Mundial de Qatar tuvo su condena. En el final de un juicio marcado por sus ironías, su perfil desalmado y el dolor de los familiares de Javier Bocalón, su víctima fatal en aquella tarde de diciembre de 2022, el múltiple homicida escuchó una nueva sentencia a perpetua.
Fue su novena condena en total y su tercera pena máxima. Además, el asesinato de Bocalón fue su sexta reincidencia. En esta oportunidad lo declararon culpable de evasión, robo calificado en concurso real con homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causae y robo calificado reiterado (dos hechos). Además, con la participación de un jurado popular, la Cámara Octava del Crimen también decidió suspender sus salidas transitorias.
Carmona recibió la sentencia sentado en la cápsula blindada que se montó por su peligrosidad y casi ni se inmutó. A sus ironías las había mantenido hasta último momento: en el arranque de la jornada de este viernes dijo tener escondido un cuchillo y debieron requisarlo dos veces.
Por otra parte, el tribunal pidió investigar al ex juez provincial de Chaco, Juan José Cima, el magistrado que le concedió las salidas transitorias a Carmona en 2014, y a la jueza de la misma provincia, Ligia Alejandra Duca, que le volvió a otorgar el beneficio en 2022. También solicitó remitir antecedentes respecto de los seis agentes penitenciarios chaqueños que debían vigilar al preso durante la visita a su esposa en Córdoba, momento en el que escapó.
“Los psicópatas no tienen cura y se ha exacerbado algo que ya se ha evaluado”, remarcó el fiscal Hugo Almirón, quien durante su alegato repasó las diferentes pericias forenses a las que fue sometido el criminal. “Él mismo reveló la ausencia absoluta del arrepentimiento, del dolor por lo que causó a los otros. Ha contestado ‘qué sentido tiene sino lo voy a resucitar’. Hay ausencia de cura para la psicopatía”. Después de mostrar unos videos del accionar de Carmona, agregó “se dice que al pintor se lo reconoce por su obra pero en este caso representa una obra macabra”.
Nunca a lo largo de las audiencias mostró arrepentimiento, dolor o empatía. No lo puede hacer. Todos los peritos psicólogos y psiquiatras que han trabajado con él a lo largo de los 38 años que lleva preso lo definen como un psicópata.
Carlos Nayi, abogado de la familia de la víctima, calificó a Carmona como “especialista en el arte de matar” y cuestionó la “falta de remordimiento y de arrepentimiento”. Reclamó la inconstitucionalidad de los artículos de la ley 24.660 de Ejecución Penal que regulan el régimen de salidas transitorias.
Los informes psicoforenses que se acumulan a lo largo de su historia criminal lo definen como un hombre sin conciencia moral, proclive al delito, egocéntrico, carente de empatía, narcisista, inteligente y capaz de matar por placer, por un trámite o por necesidad.