El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro rechazó anoche, desde Estados Unidos, las acusaciones del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva de que es uno de los responsables de la invasión golpista de sus seguidores en el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF).
«Repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuyó el actual jefe del ejecutivo de Brasil», dijo Bolsonaro, quien por primera vez reconoció, con esta declaración, a Lula como jefe del Estado.
El ultraderechista abandonó el país el 29 de diciembre para evitar culminar su mandato y pasarle el poder a Lula y se instaló en la casa de un empresario en Orlando, Estados Unidos.
Bolsonaro dijo que las manifestaciones pacíficas forman parte de la democracia, pero aclaró que «están fuera de las normas» la invasión y vandalismo de predios públicos «como los practicados por la izquierda en 2013 y 2017».
En una serie de mensajes en Twitter, Bolsonaro dijo que siempre actuó respetando la Constitución.
Tras la invasión a la sede de los tres poderes del Estado en Brasilia, legisladores estadounidenses pidieron expulsar de Estados Unidos a Bolsonaro, un aliado del expresidente Donald Trump.