Una frase del canciller alemán Friedrich Merz durante una conferencia en Berlín desató una crisis diplomática con Brasil en plena celebración de la COP30 en Belém.
El líder alemán aseguró que nadie de su delegación quiso permanecer en la ciudad amazónica y que todos estaban “felices de regresar a Alemania”, un comentario que causó rechazo inmediato en el país sudamericano.
“Pregunté a los periodistas que estuvieron conmigo en Brasil: ‘¿Quién quisiera quedarse allí?’ Nadie levantó la mano. Todos estaban contentos de haber vuelto a Alemania, especialmente de aquel lugar donde estábamos”, dijo Merz, según ABC y Euro News.
La respuesta de Luiz Inácio Lula da Silva no tardó en llegar. El presidente brasileño sugirió que Merz debería haber conocido mejor la cultura local antes de opinar y aseguró que “Berlín no ofrece ni el 10% de la calidad” de Belém y del estado de Pará.
El alcalde de Belém, Igor Normando, calificó la intervención como “arrogante y prejuiciosa”, mientras que el gobernador de Pará ironizó: «Es curioso ver que quienes ayudaron a calentar el planeta extrañan el calor de la Amazonía».
La polémica cobra mayor relevancia porque Alemania había anunciado su intención de realizar una contribución “considerable” al Fondo Florestas Tropicais para Sempre, aunque aún sin cifras concretas.
En un intento por rebajar la tensión, el ministro alemán de Medio Ambiente, Carsten Schneider, todavía en Belém, afirmó en sus redes que “Brasil es un país maravilloso, con un pueblo acogedor”.
La controversia se suma a otras recientes declaraciones de Merz que generaron malestar público.
Brasil y Alemania mantienen una relación estratégica clave, tanto en comercio como en inversiones y cooperación tecnológica.









