La inestabilidad política ya forma parte del paisaje cotidiano en Perú, da cuenta de ello la decisión del presidente Pedro Castillo, quien anunció una recomposición del gabinete a tan solo cuatro días de haberlo cambiado, frente al fuerte rechazo político, de propios y ajenos, que generó la designación de Héctor Valer, como presidente del Consejo de Ministros.
La semana pasada Castillo había nombrado a su tercer equipo de Gobierno desde que asumió el cargo, en julio de 2021, incentivado por las renuncias previas que diferentes ministros fueron presentándole al mandatario mientras declaraban ante la prensa su descontento frente al manejo político del Ejecutivo, principalmente, sobre las acusaciones de corrupción en el Gobierno.
A pesar del intento de frenar la crisis, los anuncios de los nuevos funcionarios provocaron el rechazo casi unánime del Congreso, especialmente por la designación de Valer al frente del nuevo gabinete, sobre quien pesan denuncias por violencia familiar, acusado de haber agredido físicamente a su esposa y a su hija. Frente a la indignación generalizada, Castillo dio marcha atrás y anunció que “frente a la negativa del Congreso (…) he tomado la decisión de recomponer el gabinete ministerial”.
La falta de autocrítica en el mensaje del presidente fue cuestionada, inclusive, por sus aliados. “Presidente Castillo, usted es responsable de las decisiones que toma respecto a su gabinete, no responsabilice al Congreso” manifestó María del Carmen Alva, presidenta del Congreso, que pertenece al partido Acción Popular, aliado del oficialismo. Más allá fue Carlos Jaico, ex secretario de despacho del presidente, quien consideró que “por una cuestión de dignidad, de estabilidad y gobernabilidad para el Perú, el señor Pedro Castillo debería renunciar”. También la opositora Keiko Fujimori, solicitó la renuncia.
La designación de Valer, representaba cierto giro hacia la derecha del presidente luego de la izquierda le quitara su apoyo, sin embargo, la trayectoria personal de Valer logró unificar a todo el arco ideológico en rechazo a Castillo, que ahora está acorralado por la crisis.