China dio un paso clave en su ambicioso proceso de modernización militar con la puesta en servicio de su tercer portaviones, el Fujian, considerado el más avanzado de su flota. Se trata del primer buque de la Armada china que incorpora un sistema de catapulta electromagnética, tecnología de lanzamiento de aeronaves que, hasta ahora, solo estaba en manos de Estados Unidos.
El Fujian fue oficialmente incorporado a la Marina del Ejército Popular de Liberación durante una ceremonia realizada en la provincia insular de Hainan, encabezada por el presidente Xi Jinping. Más de 2.000 personas asistieron al evento, descrito por los medios estatales como un momento “histórico y cargado de entusiasmo”.
Según la agencia Xinhua, tras el acto Xi subió a bordo del portaviones y recibió un informe detallado sobre el desarrollo del sistema de catapulta y las capacidades de combate del buque. De propulsión convencional, el Fujian supera en tamaño y capacidad a sus predecesores, el Liaoning, adquirido a Ucrania en 2000, y el Shandong, construido íntegramente en China e incorporado en 2019.
La tecnología electromagnética “EMALS” marca un salto cualitativo respecto de las catapultas tradicionales a vapor, ya que permite lanzar aviones más pesados, con mayor carga de armamento y autonomía de vuelo. El único otro portaviones en el mundo que utiliza este sistema es el estadounidense Gerald R. Ford.
En septiembre, China ya había difundido imágenes de pruebas de despegues y aterrizajes de aeronaves, incluido su caza furtivo de quinta generación J-35, desde la cubierta del Fujian, anticipando la inminente entrada en servicio del navío.
Rivalidad naval con Estados Unidos
A pesar de los avances tecnológicos, analistas internacionales señalan que China aún se encuentra por detrás de Estados Unidos en cuanto a capacidad de despliegue y experiencia operativa. Washington cuenta con una flota de once portaviones y una vasta red de bases en el Pacífico, mientras que Pekín busca consolidar su presencia en el mar de China Meridional y en torno a Taiwán, donde las tensiones siguen en aumento.
El Fujian simboliza, no obstante, el objetivo de Xi Jinping de dotar a China de una “fuerza naval de nivel mundial” para mediados de siglo, fortaleciendo su poder disuasorio en un contexto de competencia estratégica global.









