El gobierno colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) cerraron ayer en Venezuela la primera ronda de sus recientemente retomadas negociaciones de paz, con anuncios de liberación de rehenes y acciones humanitarias, aunque sin un alto al fuego.
En ese marco, ambas partes dijeron en un comunicado conjunto que “culminan exitosamente el primer ciclo de los diálogos” de paz entre el gobierno de izquierda del presidente Gustavo Petro y la mayor guerrilla aún activa en Colombia, de ideología marxista.
“La Mesa retoma el proceso truncando en agosto 2018 y ratifica su decisión de construir sobre lo construido”, indicaron en el comunicado compartido por la presidencia de Colombia.
En esa línea, el primer acuerdo mencionado es sobre “la agenda de diálogo”, y las partes aseguraron que se retomó “como guía el acuerdo de agenda y sus ejes esenciales firmado en marzo de 2016” al que le realizó “por consenso” cambios frente al nuevo contexto nacional e internacional.
El segundo acuerdo versó sobre la “institucionalización de la mesa de diálogos de paz” y en tercer lugar, avanzaron en acuerdos “sobre acciones y dinámicas humanitarias” frente a la “violencia que se presenta en los territorios”.