Rusia y Ucrania se acusaron hoy mutuamente de haber bombardeado nuevamente en la zona de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por las fuerzas rusas, antes de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la situación en ese lugar.
El operador de las centrales ucranianas, Energoaton, anunció que los ataques provocaron «una gran humareda» y dañaron «varios sensores de radiación», mientras que las fuerzas prorrusas en el área indicaron que la ofensiva provocó un defecto en la línea de alto voltaje de la subestación de la planta.
Ambas partes señalaron, no obstante, que los niveles de radiación en la central, la mayor de Europa, estaban «dentro de los límites normales».
Las fuerzas ucranianas «volvieron a bombardear la central nuclear de Zaporiyia y el territorio cercano a la instalación», aseguró Vladimir Rogov, designado por Moscú como parte de la administración regional tras la ocupación en marzo.
Según Rogov, los ucranianos utilizaron sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y artillería pesada para llevar a cabo los ataques.
«Los terroristas de (el presidente de Ucrania, Volodimir) Zelenski continúan disparando contra la central. Ha resultado dañada la línea de alto voltaje de la subestación Kajovskaya», indicó el funcionario prorruso.
«Los rusos bombardearon nuevamente la planta de energía nuclear de Zaporiyia», acusó por su parte el operador ucraniano Energoatom.
La empresa precisó que los ataques provocaron «una gran humareda» y dañaron «varios sensores de radiación».
Ambos lados reportaron cinco bombardeos cerca de una unidad de almacenamiento de sustancias radiactivas.
En un comunicado posterior, Energoatom aseguró que la situación en la central está «actualmente bajo control».
La semana pasada se registraron varios bombardeos, de los que ambas partes también se culpan mutuamente, en el área de esta central.
Las tropas rusas tomaron el control de esta planta el 4 de marzo, poco después del inicio de la invasión de Ucrania el 24 de febrero.
Estados Unidos responsabilizó hoy al Kremlin de la ofensiva cerca de la instalación nuclear y respaldó el llamado de Kiev a establecer una «zona desmilitarizada» en la zona.
«Seguimos pidiendo a Rusia que cese todas las operaciones militares en o cerca de las instalaciones nucleares de Ucrania y que devuelva el control total a Ucrania», dijo un vocero del Departamento de Estado.
«Y apoyamos los llamados de Ucrania para (crear) una zona desmilitarizada alrededor de la central de energía nuclear», añadió.
En la misma línea, Zelenski afirmó que Rusia podría provocar un incidente «aún más catastrófico que el de Chernóbil», en referencia al desastre nuclear de 1986 en el norte de Ucrania, cuando este país formaba aún parte de la Unión Soviética.
«Rusia convirtió la planta nuclear en un campo de batalla», denunció el mandatario en un discurso por videoconferencia durante una reunión de donantes en Copenhague que reunió unos 1.500 millones de euros para Ucrania.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió hoy del riesgo de «catástrofe» en la central.
«Lamentablemente, en lugar de una desescalada, en los últimos días ha habido informaciones de incidentes profundamente preocupantes que, de proseguir, podrían llevar a un catástrofe», dijo el portugués en un comunicado.
El jefe de las Naciones Unidas instó a un cese «de inmediato» de las «actividades militares» en los alrededores de la planta, así como la retirada del personal militar y equipos de las instalaciones ocupadas por Rusia desde la invasión a Ucrania en febrero.
«El sitio no debe ser usado en el marco de operaciones militares», apuntó antes de urgir un acuerdo a «nivel técnico» que desmilitarice un perímetro de seguridad alrededor de la planta.
Estos temas serán abordados hoy en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que está previsto que comience a las 15 hora local (16 hora de Argentina).
Del encuentro participará de forma virtual el titular de del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, que ya urgió a Kiev y Moscú que permitan el ingreso a la planta de un equipo de expertos de esta agencia de la ONU.
La reunión fue solicitada por Rusia, que tiene derecho de veto, al igual que los otros cuatro miembros permanentes (Estados Unidos, China, Francia y Reino Unido).