La República Popular Democrática de Corea (RPDC) lanzó una dura advertencia contra Japón al sostener que cualquier intento de ese país de dotarse de armas nucleares “debe ser prevenido”. La posición fue difundida por la Agencia Central de Noticias de Corea, que citó un comunicado del Instituto de Estudios de Japón, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores norcoreano.
Según Pyongyang, Tokio estaría cruzando “una línea roja” al revisar sus lineamientos de defensa y seguridad.
En ese marco, el comunicado denunció que Japón viene fortaleciendo su capacidad de ataque preventivo, flexibilizando las restricciones a la exportación de armamento y reexaminando los históricos Tres Principios No Nucleares, que prohíben poseer, producir o permitir la introducción de armas atómicas en su territorio.
Para la RPDC, estas señales no responden a declaraciones aisladas sino a una ambición de larga data. “No se trata de un error de interpretación, sino de la expresión de un objetivo largamente acariciado”, señaló el texto, que consideró estas posturas como un desafío a la Constitución japonesa y a las normas internacionales surgidas tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
El pronunciamiento norcoreano se produce en un contexto de creciente debate interno en Japón. Este lunes, la asamblea de la prefectura de Niigata aprobó la reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, la más grande del mundo, más de una década después del desastre de Fukushima.
Con el aval del gobernador Hideyo Hanazumi, la planta, ubicada a unos 220 kilómetros al noroeste de Tokio, podría volver a operar a partir de enero con el reinicio del reactor número 6, según informó la cadena pública NHK.
En paralelo, desde Hiroshima surgió una fuerte reacción política y social. La asamblea prefectural adoptó por unanimidad una declaración que insta al gobierno central a defender los principios no nucleares del país, luego de que un funcionario vinculado al diseño de la política de seguridad sugiriera que Japón debería contar con armas atómicas.
“Como único país que ha sufrido bombardeos nucleares, es nuestro deber seguir luchando por un mundo sin armas nucleares”, sostiene el documento, respaldado por sobrevivientes de las explosiones de 1945.
La controversia se intensificó tras declaraciones de dirigentes del gobernante Partido Liberal Democrático. Itsunori Onodera, director del consejo de investigación de seguridad, afirmó recientemente que Japón necesita debatir el futuro de sus principios no nucleares.
Además, medios locales informaron que la administración de la primera ministra Sanae Takaichi evalúa revisar documentos clave de seguridad nacional hacia fines de 2026, incluyendo el tercer principio, que prohíbe el ingreso de armas nucleares al país.
Para Pyongyang, estas discusiones confirman el rumbo que denuncia. En su comunicado, advirtió que la historia de agresión japonesa demuestra que una eventual posesión de armas nucleares tendría consecuencias devastadoras para Asia y para la humanidad en su conjunto, e instó a la comunidad internacional a “contener con determinación” cualquier deriva nuclear de Tokio.
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