Residentes de Mariupol esperaban ser evacuados este domingo de la sureña ciudad portuaria de Ucrania, mientras que el gobierno ucraniano denunció que fuerzas rusas masacraron a civiles en su retirada de una localidad de la periferia de Kiev.
También este domingo, dos fuertes explosiones sacudieron la ciudad de Odesa, el principal puerto de Ucrania, a orillas del mar Negro y al oeste de Mariupol, donde se sitúa el cuartel general de la Marina ucraniana.
El gobierno municipal dijo en un comunicado que las explosiones fueron causadas por ataques aéreos que provocaron incendios en algunas zonas pero no dejaron ni muertos ni heridos.
El Ministerio de Defensa ruso dijo desde Moscú que barcos y aviones dispararon misiles contra la zona de Odesa que destruyeron refinerías y depósitos de combustible de los que se abastecía el Ejército ucraniano.
El vocero militar ucraniano Vladislav Nazarov dijo que algunos misiles rusos fueron interceptados por las defensas antiaéreas, informó la agencia de noticias AFP.
En Mariupol, sobre el mar de Azov, las condiciones seguían siendo tan terribles como inciertas las posibilidades de escape.
La ciudad, que está rodeada y parcialmente controlada por fuerzas rusas, ha sido una de las más devastadas por la guerra, y desde hace semanas que no tiene agua, luz ni calefacción, y casi nada de alimentos o medicamentos, según autoridades locales.
Se cree que aún siguen atrapadas allí unas 100.000 personas, menos de la cuarta parte de su población anterior a la guerra, que era de 430.000.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que esperaba que un equipo enviado a la ciudad pudiera llegar hoy allí.
Días atrás, Rusia declaró un alto el fuego a lo largo de una ruta destinada a la evacuación de civiles, pero varios intentos previos de sacar a la gente ya fracasaron en medio de combates y bombardeos pese a que también regían treguas.
Mariupol se sitúa en la región oriental conocida como Donbass, donde se habla mayoritariamente ruso y donde separatistas combaten al Ejército ucraniano desde hace ocho años. Más de 14.000 personas han muerto en el conflicto, según la ONU.
La captura de Mariupol permitiría a Rusia crear un corredor terrestre sin interrupciones hacia Crimea, la península ucraniana del mar Negro que Moscú se anexionó en 2014.
A fines del mes pasado, Rusia dijo que había completado la primera fase de su invasión a Ucrania y que la siguiente se centraría en la «liberación» del Donbass.
Luego de que las tropas de su país recuperaran el control de territorios ubicados al norte de la norteña Kiev, la capital, de los que las fuerzas rusas se retiraron, el presidente Volodimir Zelenski llamó a todos los ucranianos a hacer lo que pudieran para «frustrar las tácticas del enemigo y debilitar sus capacidades».
“La paz no será el resultado de ninguna decisión que el enemigo tome en algún lugar de Moscú. Solo podemos tener paz peleando», dijo Zelenski en un video emitido anoche.
Se estima que miles de personas, tanto civiles como militares, murieron ya en más de cinco semanas de guerra. Más de 4,1 millones de personas huyeron de Ucrania por el conflicto, en la mayor crisis de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El gobernador de la provincia oriental ucraniana de Jarkov dijo hoy que en las últimas 24 horas hubo más de 20 ataques de artillería y tanques rusos contra Jarkov, la capital provincial y la segunda mayor ciudad del país.
El gobernador, Oleh Synyehubov, dijo que un ataque con misiles contra la ciudad de Lozovo hirió a cuatro personas, y que también hubo bombardeos rusos contra un hospital de la localidad de Balakiia.
Zelenski dijo en su video que las tropas rusas habían dejado minas terrestres alrededor de casas, equipamiento abandonado e incluso cadáveres en localidades de la periferia de Kiev luego de retirarse.
Este domingo, la fiscal general ucraniana Iryna Venediktova informó el hallazgo de 410 cadáveres de civiles en Bucha, a 30 kilómetros al noroeste de la capital, en la región de Kiev, retomados recientemente por las fuerzas ucranianas del ejército ruso.
«Los expertos forenses ya han examinado 140 de ellos», añadió durante una emisión en varios canales de televisión ucranianos.
Las autoridades locales mostraron a la AFP una fosa común con 57 cuerpos, algunos de ellos parcialmente enterrados, y responsabilizó a Rusia de una de una «masacre deliberada» en Bucha, pero el Ministerio de Defensa ruso negó las acusaciones y aseguró que las imágenes de civiles asesinados eran una fabricación de Ucrania.
«Durante el tiempo en que esta localidad estuvo bajo control de las fuerzas armadas rusas, ni un solo residente local sufrió acciones violentas», dijo el Ministerio.
El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, también denunció en Twitter la «masacre» y exigió al Grupo de los Siete (G7) países más industrializados «nuevas sanciones devastadoras YA».
Su par británica, Liz Truss, denunció «actos espantosos» cometidos por el Ejército ruso contra civiles en Bucha e Irpin, otra localidad cercana a Kiev, y pidió una «investigación por crímenes de guerra».
El presidente del Consejo Europeo, una de las instituciones de la Unión Europea (UE), Charles Michel, acusó al Ejército ruso de haber cometido «atrocidades» en la región de Kiev y reclamó más sanciones contra Moscú.
«Conmocionado por las imágenes inquietantes de las atrocidades cometidas por el ejército ruso en la región liberada de Kiev», escribió Michel en Twitter, con las palabras clave #BuchaMassacre», en referencia a la localidad ucraniana tomada por los rusos y luego liberada, donde casi 300 personas tuvieron que ser enterradas en fosas comunes.
En una posible señal de avance para terminar los combates, el negociador ucraniano David Arajamia dijo ayer que Rusia había aceptado «verbalmente» la mayoría de las propuestas de Kiev en las negociaciones de paz.
Entre los acuerdos figura celebrar un referendo sobre el estatuto de neutralidad de Ucrania que exige Rusia como garantía de que el país no ingresará a la OTAN, indicó Arajamia.
El funcionario señaló que una reunión entre Zelenski y el presidente ruso, Vladimir Putin, tendría «altas posibilidades» de celebrarse en Turquía, que ha mediado en el conflicto.
Sin embargo, el jefe de los negociadores rusos dijo hoy que todavía era demasiado pronto para la reunión de los presidentes.
Vladimir Medinski dijo a la agencia de noticias rusas Interfax que «aún han mucho trabajo por hacer» para finalizar un borrador de acuerdo que luego pueda ser firmado por Putin y Zelenski durante un encuentro.