La tensión generada por los ejercicios militares chinos en el Estrecho de Taiwán no amedrentó al gobierno de Joe Biden en Estados Unidos, que ayer anunció conversaciones comerciales con la isla autogobernada como apoyo ante lo que calificó como una creciente “coerción” militar de Pekín, que de inmediato advirtió que tomará medidas para “salvaguardar su soberanía”.
El anuncio llegó luego de que China realizara sus mayores maniobras militares aéreas y marítimas durante varios días en la región de Taiwán en respuesta a la reciente visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, que enfureció a Pekín.
El Gobierno del presidente chino, Xi Jinping, dijo que las conversaciones anunciadas serían una violación de la política, compartida con Estados Unidos, de que existe una sola China que incluye a Taiwán y que se gobierna desde Pekín, y advirtió que alentar a Taiwán a hacer permanente su independencia de facto conduciría a la guerra.
“China se opone firmemente a esto”, advirtió la vocera del Ministerio de Comercio, Shu Jueting, quien llamó a Washington a “respetar plenamente los intereses fundamentales de China”. También este jueves, el Ejército de Taiwán realizó un simulacro con misiles y cañones para simular una respuesta a un ataque con misiles chinos.
Taiwán y China se separaron en 1949 después de una guerra civil y no tienen relaciones oficiales, pero están vinculados por miles de millones de dólares en comercio e inversión. La isla nunca ha sido parte de la República Popular China (RPC), pero el gobernante Partido Comunista sostiene que está obligada a unirse con el continente, por la fuerza si es necesario.
Ahora, Estados Unidos anunció nuevas conversaciones comerciales con Taiwán, que comenzarán en el tercer cuatrimestre del año en varias áreas, incluyendo agricultura, comercio digital y reducción o anulación de barreras arancelarias.