A partir de la cumbre virtual que mantuvieron Xi Jiping y Joe Biden el pasado 15 de noviembre, ambos mandatarios acordaron “relajar” las restricciones impuestas en sus países para mejorar las condiciones de ingreso y trabajo de los periodistas que ingresen tanto desde China a EE.UU. como viceversa.
Desde ambos gobiernos emitieron comunicaciones oficiales, aunque sin cronograma de ejecución, en las que se comprometieron a emitir y aumentar el tiempo de estadía de las visas para periodistas. Este acuerdo surge como una clara demostración de la intención de disminuir las tensiones entre las potencias.
En contraste con esta flexibilización, la Casa Blanca anunció ayer, a través de un comunicado del jefe de la diplomacia estadounidense, que añadió a la Federación Rusa a su lista negra de países “particularmente preocupantes” en materia de libertad religiosa. Señalan que hubo un “uso indebido de la ley contra el extremismo para restringir actividades pacíficas de minorías religiosas”.
Otros países incluidos en este rango de intolerancia a la libertad religiosa son: Arabia Saudita, Myanmar, China, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Pakistán, Tayikistán y Turkmenistán.