Falta menos de una semana para la reunión entre Rusia y Estados Unidos con el fin de tratar la tensión militar en la frontera de Ucrania, por lo que Estados Unidos busca robustecerse y unificar un discurso con los países que cuenta como aliados.
Bajo dicho objetivo, en el día de ayer, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken y la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, compartieron una conferencia de prensa en la que plantearon su apoyo a Ucrania.
“Será muy difícil hacer un progreso real en una atmósfera de escaladas y amenazas, con una pistola apuntando en la cabeza de Ucrania”, manifestó Blinken. El diplomático también pidió el retiro de 100.000 soldados rusos de la zona de conflicto y renovó las advertencias que Washington hizo llegar, de todos los modos posibles, a Rusia: no tolerarán una eventual invasión.
Luego, Blinken reveló que las conversaciones bilaterales de estabilidad estratégica con Rusia incluirán una sesión especial para abordar cuestiones de control de armas. Del otro lado del océano pero en sintonía, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, viajó a Ucrania y prometió el pleno apoyo del bloque a Ucrania. La visita de Borrell es la primera de un responsable de política exterior de la UE al este de Ucrania desde que estalló la guerra hace casi ocho años.