El gobernador de Bahía, Rui Costa (Partido de los Trabajadores), aceptó y agradeció hoy la ayuda que ofreció la Argentina para las ciudades afectadas por las lluvias, horas después de que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la rechazara.
«Argentina ofreció ayuda humanitaria a las ciudades afectadas por las lluvias en Bahía. A pesar del rechazo del Gobierno federal, me dirijo a todos los países del mundo: Bahía aceptará directamente, sin tener que pasar por la diplomacia brasileña, cualquier tipo de ayuda en este momento», anunció en la red Twitter el gobernador de Bahía.
Costa y Bolsonaro sostuvieron un contrapunto en medio de las más graves inundaciones reportadas en Bahía en los últimos años. Bolsonaro, paseó hoy por un parque de diversiones después de que el gobernador Costa lo acusara de sentir «desprecio por la vida humana» porque se tomó vacaciones en medio de las peores inundaciones de la historia en ese estado del noreste.
De vacaciones en la playa de Santa Catarina, Bolsonaro visitó el parque Beto Carrero con su esposa, Michelle, y la hija de ambos, Laura, de 11 años, donde adelante de una multitud de visitantes participó en el kartódromo de unas pruebas de destrezas para derrapar automóviles de la marca de juguetes Hot Wheels.
El presidente llevó al delirio a los presentes cuando derrapó en la pista del parque de diversiones como acompañante en uno de los automóviles de destrezas. Lo hizo en medio de la polémica nacional sobre su rol frente a las inundaciones que registra en este diciembre Bahía, con 24 muertos y más de 90.000 evacuados en 72 municipios que están bajo el agua, muchos de ellos incomunicados por el rompimiento de rutas, puentes y falta de sistema sanitario.
Opositores lanzaron en las redes sociales el hashtag #Bolsonarovagabundo (Bolsonaro vago) a raíz de que se tomó vacaciones en la playa de Guarujá en la semana de Navidad y ahora pasó la semana en Sao Francisco do Sul, bastión de la ultraderecha del litoral del estado sureño de Santa Catarina, fronterizo con la provincia de Misiones.
No fue la única incomodidad para el mandatario, quien ayer rechazó la oferta argentina de ayuda para Bahía, pero hoy el gobernador Costa anunció que la aceptaba y agradeció a funcionarios argentinos por la propuesta.
El gobernador, el más votado de todo Brasil en las elecciones de 2018, se metió directamente en la polémica sobre las vacaciones de Bolsonaro y disparó en Folha de Sao Paulo: «El presidente durante su gestión demostraba desprecio hacia la vida humana. No esperaba nada de él. En tres años de gobierno no hizo gestos ante desastres o la pandemia de solidaridad a la vida humana. Es un presidente que no demuestra ningún tipo de sentimiento en relación al dolor del prójimo».
Esta semana Bolsonaro pasó sus vacaciones andando en jetski y paseando por la playa, pero al mismo tiempo firmó decretos para enviar partidas presupuestarias extras al estado de Bahía por 15 millones de reales para la reconstrucción de caminos, algo que el gobernador Costa calificó de «escaso».
El Gobierno explicó que Bolsonaro visitó Bahía durante noviembre, cuando las inundaciones afectaron a una parte del estado y que su equipo de ministros fue enviado para coordinar la ayuda federal.
«Lo mínimo que el presidente puede hacer es enviar una palabra reconfortante a su pueblo en un momento de sufrimiento. Cuando no se puede hacer nada por lo menos se transmite una palabra reparadora y ni se preocupa por hacer eso. Es lamentable. Evité hablar de eso porque la gente no quiere debate político en medio del dolor», afirmó el gobernador Costa.
El gobernador dijo que habló con ministros del gobierno federal y le pidió una «mirada diferenciada» frente al sufrimiento de más de 500.000 personas que quedaron afectadas de alguna manera por las inundaciones, consideradas las peores de la historia.
El ida y vuelta ante la ayuda humanitaria y de logística ofrecida por Argentina sumó conflicto entre los Ejecutivos nacional y estadual. «Mi agradecimiento al gobierno argentino por la oferta de ayuda humanitaria a las víctimas de las inundaciones en Bahía, en especial al embajador Daniel Scioli; al cónsul general en Bahía, Pablo Virasoro; y la presidenta de la comisión nacional de Cascos Blancos, embajadora Sabina Frederic», escribió Costa por Twitter.
La oferta argentina consistió en una misión de Cascos Blancos que llevara comprimidos de potabilización de agua, diez profesionales especializados en áreas de agua y saneamiento básico, logística y apoyo psicosocial a las víctimas.
La reacción del gobernador forzó una aclaración de Bolsonaro, quien hoy dijo que la ayuda «no era necesaria», pero agradeció «el fraterno ofrecimiento argentino», que ocurrió «cuando las Fuerzas Armadas, en coordinación con Defensa Civil, ya estaban prestando ese mismo tipo de asistencia a la población afectada».
Luego, en su programa de los jueves en Facebook Live Bolsonaro volvió a su habitual tono alejado de la diplomacia. «Toda ayuda es bienvenida, pero, la ayuda fueron 10 hombres conocidos como Cascos Blancos. Qué iban a hacer en Bahía. Trabajo de víveres, separar material, donaciones, ayudar a la distribución e agua y alimentos. Para nosotros quedó tener que encontrar un lugar específico para alojarlos. es caro», dijo.
«Tenemos gente suficiente en las fuerzas armadas, el cuerpo de bomberos. Agradecemos pero 10 argentinos sin especialidad no requerida es oneroso, un trabajo enorme. Agradezco a Alberto Fernández por el ofrecimiento pero 10 personas nos nos iban a ayudar sino a molestar un poco», dijo.
Bahía sufrió en diciembre las peores lluvias en los últimos 32 años, con el agregado de que dos represas cedieron ante el avance del agua y el lodo y dejaron en situación catastrófica a varias ciudades del sudoeste del estado.
Pero el mandatario en forma remota firmó hoy la promulgación de la ley que crea el programa de transferencia de renta Auxilio Brasil, que eliminó el plan Bolsa Familia, la marca de la presidencia de Lula y de Dilma Rousseff que duró 18 años.
El proyecto había sido aprobado por el Congreso de cara a ser la marca social de la gestión Bolsonaro. El Auxilio Brasil es concedido a las familias consideradas en situación de extrema pobreza (ingresos hasta 100 reales, equivalentes a 57 dólares, por persona) y pobres (hasta 200 reales mensuales, o 114 dólares). Se estima que 16 millones de familias recibirán el beneficio.