El papa Francisco presidió ayer una misa ante 10.000 fieles en Venecia donde alertó que con el cambio climático la ciudad podría dejar de existir y pidió por una gestión del turismo sostenible, en su primer viaje en siete meses debido a su delicado estado de salud.
“Venecia está unida a las aguas sobre las que se asienta y, sin el cuidado y la protección de este entorno natural, podría incluso dejar de existir”, dijo.
Así, nombró el cambio climático como una amenaza por “la fragilidad de las construcciones y sus bienes culturales” y patrimonio.
Por otra parte, Jorge Bergoglio, de 87 años, será el primer papa que disertará ante los líderes de los siete países más desarrollados hablando sobre la inteligencia artificial, en la reunión del 7G que se realizará en junio.