El líder del Partido Popular (PP) español, Alberto Núñez Feijóo, insistió hoy en querer ser el próximo presidente del Gobierno pese a no haber logrado los votos necesarios en las elecciones generales, mientras el bloque progresista del presidente en funciones, Pedro Sánchez, se mostró seguro de poder cerrar alianzas que le permitan retener el poder.
Los españoles votaron el domingo para renovar el Congreso, el cual deberá designar ahora a un nuevo líder del Ejecutivo que logre reunir una mayoría en la Cámara de Diputados, condición necesaria para poder ejercer el poder en virtud de la forma de gobierno parlamentaria que tiene el país europeo.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez fue el segundo más votado detrás del derechista PP, pero quedó en mejor posición para formar Gobierno entablando alianzas formales o circunstanciales con otras fuerzas que le permitan tener mayoría en el Congreso o gobernar en minoría.
El rey Felipe VI, el jefe de Estado, dispuso que Sánchez continúe en el poder al frente de un Gobierno en funciones hasta que se aclare el panorama político luego de que ni el PP ni el PSOE lograran los votos necesarios para gobernar en solitario en los comicios de hace dos días, según una resolución publicada hoy el Boletín Oficial del Estado.
Los resultados electorales sumieron al país en la incertidumbre por la posibilidad de que ninguna formación logre los respaldos necesarios para formar Gobierno una vez que se instale el nuevo Congreso, el 17 de agosto, lo que obligaría a repetir las elecciones dentro de los seis meses posteriores.
El PP obtuvo 136 bancas de las 350 del Congreso, lejos de la mayoría absoluta de 176 escaños necesaria para gobernar en solitario, incluso con el apoyo de los 33 diputados que consiguió su único aliado potencial, el partido de extrema derecha de Vox.
Feijóo reivindicó la noche de las elecciones su derecho a gobernar en minoría y ayer lanzó negociaciones con varios partidos, pero estas parecen destinadas al fracaso, toda vez que entrar a un Ejecutivo en el que también esté Vox, una fuerza ultranacionalista que defiende una recentralización del país, es inaceptable para formaciones regionales.
Los nacionalistas vascos del partido PNV, por ejemplo, ya anunciaron la noche del lunes que no se sentarán a negociar con Feijóo.
El líder del PP, sin embargo, se obstinaba hoy en su pretensión de poder contar con los apoyos para ser electo presidente del Gobierno y permitir que su partido retome el poder que Sánchez y su PSOE ejercen desde 2018.
«Decir que no se tienen apoyos simplemente por haber hablado con algún grupo me parece una conclusión precipitada», dijo Feijoó en la norteña ciudad de Santiago de Compostela, informó la agencia noticias Europa Press.
«Cumpliré mi deber e intentaré hablar con los grupos» con representación, incluyendo al PSOE, para lograr apoyos a una investidura, agregó.
El PSOE logró 122 bancas y sus aliados de izquierda Sumar, 31, por lo que juntos suman 153.
Este número podría estirarse a 172 si lograran aliarse con varios partidos catalanes y vascos que ya los sostuvieron en la legislatura pasada, apoyando de modo circunstancial al Gobierno en las votaciones en el Congreso pero sin ser parte de la alianza formal entre el PSOE y el partido de izquierda Unidas Podemos, que fue absorbido por Sumar.
Su principal desafío es conseguir al menos la abstención de los siete diputados que sacó Junts per Catalunya (JxC), el partido del líder independentista catalán Carles Puigdemont, refugiado en Bélgica y acusado de sedición por una declaración unilateral de independencia de Cataluña luego de un referendo ilegal celebrado en 2017.
La presidenta de JxC, Laura Borrás, advirtió hoy al PSOE de que su partido «no rebajará» sus condiciones para una investidura de Sánchez, que pasan por el derecho de Cataluña a su autodeterminación y una amnistía para todos los procesados o encarcelados por la intentona independentista de 2017.
Gonzalo Boye, el abogado de Puigdemont, también abogó hoy por la amnistía en una entrevista radial y por la independencia de Cataluña, algo, esto último, que violaría la Constitución española.
Sin embargo, la vocera del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, rechazó las exigencias.
«En Cataluña, como en el Gobierno de España, solo cabe el marco constitucional», dijo en conferencia de prensa luego de la reunión de gabinete.
El partido independentista vasco de izquierda EH Bildu ya dio ayer su apoyo a una investidura de Sánchez, y hoy se sumó el partido BNG de la norteña región de Galicia, otra formación independentista de izquierda.
«Tenemos muy claro que no queremos que gobierne la derecha», dijo la portavoz nacional de BNG, Ana Pantón.
Aunque el PSOE ya ha dicho que no aceptará un nuevo referéndum independentista en Cataluña, como pretende JxC, el PP trató de vincular a Sánchez con el desacreditado Puigdemont, y Feijóo insinuó hoy que un Gobierno con el apoyo de los partidos independentistas catalanes sería inestable.
«España necesita un gobierno estable», dijo y apuntó: «Sería un inmenso error que en España gobernaran los independentistas».
El candidato popular dijo que pretendía hablar con el PSOE la primera semana de agosto, así como con Vox, para recabar su respaldo a su investidura, algo que los socialistas ya han descartado.
Una vez instalado el Congreso, el rey deberá proponer un candidato a presidente del Gobierno que será votado por los diputados. Si no obtiene la mayoría absoluta en una primera votación, habrá una segunda 48 horas más tarde en la que solo necesitará mayoría simple para ser investido como jefe de Gobierno.
Sumar anunció el lunes que encargó a uno de sus antiguos dirigentes en Cataluña iniciar las negociaciones con JxC para que se abstenga en una eventual segunda votación de investidura de Sánchez, lo que permitiría al socialista ser reelecto.
El bloque progresista del PSOE y Sumar rechazó las afirmaciones de Feijóo y se mostró seguro de poder formar Gobierno.
«Las urnas han hablado y no quieren un Gobierno de PP y Vox», dijo la ministra de Trabajo en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, al canal de TV la Sexta.
«Ahora toca la conformación de un Gobierno progresista y esto es lo que vamos a hacer. Es complejo, pero lo vamos a hacer. Estoy convencida de que vamos a tener un Gobierno mejor», agregó.
Díaz dijo que con su pretensión de someterse a una votación de investidura, «Feijóo comete el mismo error que en campaña, no comprender el marco constitucional y de la democracia».
«El modelo constitucional no es presidencialista, es parlamentario y hay que buscar apoyos», señaló.