La guerra en Ucrania ya tuvo su primer impacto en la economía europea en marzo, con precios récord en la energía e índices inflacionarios con cifras inéditas desde hace más de 30 años. En el caso de la energía, los precios se dispararon durante este mes, de la mano de las menores reservas de gas natural y carbón, y el incremento en el precio del petróleo.
Mientras Europa trata de cortar su dependencia energética de Rusia, algo difícil en el corto plazo, tanto la industria como los consumidores ya reciben el impacto de la suba de los precios, especialmente marcada en el caso de los combustibles y los alimentos.
En los últimos días, la suba en el precio de la energía se vio agravada por la posibilidad de que Rusia deje de proveer suministro a los países europeos que, en el caso del gas ruso, representa más del 40% de las importaciones de ese combustible en la Unión Europea (UE).