El gobierno español reclamó a Venezuela «información oficial y verificada» sobre los dos españoles detenidos en el país americano junto a otros extranjeros bajo acusación de estar vinculados a un supuesto complot contra Nicolás Maduro.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español también exigió una «aclaración de los cargos de los que se les acusa», señaló el ente en un comunicado.
«La embajada española en Caracas está en contacto con la cancillería venezolana a la que ha trasladado que ejercerá la protección diplomática y consular de sus nacionales», prosiguió.
El Gobierno de Nicolás Maduro anunció el sábado último la detención de tres ciudadanos estadounidenses, dos españoles y un checo, acusados de estar involucrados en un supuesto complot para atacar al líder chavista y «desestabilizar» el país.
El domingo, España negó «rotundamente cualquier insinuación de estar implicada en una operación de desestabilización política en Venezuela».
Y, de acuerdo con el sitio dw, desmintió que los dos detenidos formen parte de la agencia de espionaje española CNI u «otro organismo estatal».
Las acusaciones de Maduro
A través de la televisión estatal, el mandatario venezolano aseguró que los detenidos participaban en una grave conspiración desestabilizadora contra su Gobierno.
Maduro afirmó que los dos españoles son «agentes encubiertos» del CNI y rechazó las versiones ofrecidas por los familiares de los detenidos, quienes aseguran que ambos se encontraban en Venezuela como turistas tras visitar Colombia.
«Ya los medios españoles tenían el relato para tapar el crimen, decir que eran unos turistas», expresó.
El presidente denunció que «esos supuestos turistas tenían relaciones con una red de prostitución y comunicación con un cheque que pertenece a un grupo de mercados llamado el Comando AZ, que funciona en Europa».
Añadió que «el Centro Nacional de Inteligencia española (CNI) ha contactado agentes de varias partes del mundo, ha repartido tareas aquí en Venezuela, y saben que estos caballeros trabajan para ellos».
Según Maduro, ambos detenidos, identificados como Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos, fueron capturados en Puerto Ayacucho, estado Amazonas, y se encuentran «convictos, confesos y con plena prueba de las acciones que traían dentro de Venezuela para asesinar gente, colocar» bombas, etcétera».