Unos 200 países reunidos en la conferencia climática COP26 adoptaron el sábado último el denominado “Pacto de Glasgow” para acelerar la lucha contra el cambio climático y perfilar las bases de su futura financiación, pero sin garantizar el objetivo de limitar el calentamiento global a +1,5 ºC. Luego de dos años de preparativos y 13 días de intensas negociaciones en jornadas enteras hasta el último segundo, casi la totalidad de naciones del planeta acordaron el compromiso para acelerar la lucha contra el alza de las temperaturas en el planeta.
El documento propone que los Estados signatarios presenten a finales de 2022 nuevos compromisos de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, pero “teniendo en cuenta las diferentes circunstancias nacionales”. Sin embargo, las decisiones de este “Pacto de Glasgow” no garantizan un calentamiento limitado a +1,5°C con respecto a la era preindustrial, el objetivo más ambicioso del “Acuerdo de París”, que en 2015 echó las bases para la acción climática.
Entre los aspectos más importantes de la cumbre COP26, se reglamentó el uso del carbón, principal responsable en la emisión de gases de efecto invernadero. En un primer borrador, la presidencia de la cumbre exhortaba a eliminar gradualmente su uso; en el segundo borrador se usó un lenguaje más débil y en la tercera versión se atenuó aún más el mensaje con un pedido para “acelerar los esfuerzos hacia” su eliminación. Estos diversos cambios se produjeron tras la oposición de India y China, países cuyo crecimiento económico depende del uso de este combustible fósil.
Por ello, a propuesta de India, el texto menciona finalmente la necesidad de acabar con los “subsidios ineficientes para los combustibles fósiles”, pero sin desatender “circunstancias nacionales particulares”. En consecuencia, la versión final incluyó el mantenimiento de un lenguaje que establece la “reducción” del carbón, en lugar de su “abandono”. No obstante, se trata de la primera vez que un acuerdo de la ONU hace una mención expresa a los combustibles fósiles.
Otro tema crucial fue el de la financiación de 100 millones de dólares anuales que en 2009 las naciones desarrolladas prometieron entregar a las naciones en desarrollo para la mitigación y adaptación al cambio climático y nunca cumplieron. El texto reconoce y “lamenta profundamente” esa situación, que urge remediar de aquí a 2025.
Asimismo, “urge a los países desarrollados a duplicar como mínimo sus contribuciones colectivas para la adaptación de los países en desarrollo, en base a los niveles de 2019, de aquí a 2025”. Los bancos multilaterales deberán colaborar con dicha tarea y el pacto también pide “políticas innovadoras” para atraer los capitales privados. Los países en desarrollo quieren que el dinero que vayan a recibir sea, en líneas generales, repartido a partes iguales en mitigar el cambio climático y en adaptarse a lo que se viene, por ejemplo, la inversión en infraestructura.
Fuertes críticas a la eficacia del acuerdo
Tras el cuestionado pacto firmado en la conferencia de la ONU sobre clima COP26 de Glasgow, los científicos y especialistas alertaron que se debe actuar lo más rápido posible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar un calentamiento global “catastrófico”.
Entre las críticas a la versión final del documento aprobado este sábado, está el reemplazo de la palabra “reducción” del carbón, en lugar de su “abandono”. En esta línea, la joven activista sueca Greta Thumberg, sostuvo por Twitter que la COP26 fue puro “bla-bla-bla” y afirmó que “el verdadero trabajo” sigue promoviendo en las calles la necesidad de reducir de manera significativa la emisión de gases.
Asimismo, Gabriel Bucher, directora de la ONG de origen británico Oxfam, destacó que “este resultado irrisorio es como hacer oídos sordos al sufrimiento de millones de personas tanto ahora como en el futuro”.
Por su parte, pocas horas después de la culminación de la conferencia, el papa Francisco pidió a los líderes políticos y económicos “valentía y visión de futuro”. Pese a que no comentó el acuerdo, el papa indicó que invitaba “a todas las personas de buena voluntad a realizar una ciudadanía activa para cuidar la casa común”.