El primer ministro francés, François Bayrou, abrió ayer la posibilidad de renegociar una controvertida reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, en un intento por ganar el apoyo de los legisladores de izquierda para evitar una rápida caída de su gobierno.
“Podemos buscar una nueva vía de reforma, sin tabúes, ni siquiera la edad de jubilación -los famosos 64 años- a condición” de no socavar el “equilibrio financiero”, anunció Bayrou.
La concesión de Bayrou demuestra la magnitud de la agitación política de Francia, mientras se prepara para pasar sus primeras semanas en el cargo reelaborando la reforma de pensiones de 2023 bajo la presión de la izquierda, que amenaza con derribar su gobierno si no accede a su reclamo.