El papa Francisco se encuentra de gira por el país eurásico de Kazajistán donde llegó ayer, estará tres días y se reunirá con líderes religiosos de todo el mundo. Está previsto que dé cinco discursos en el marco del VII Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales.
En la víspera, dio el primero. “Juan Pablo II vino aquí a sembrar esperanza, inmediatamente después de los trágicos atentados del 2001. Yo llego aquí mientras está en curso la insensata y trágica guerra originada por la invasión de Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflictos ponen en peligro nuestra época”, planteó y trazó un paralelismo con la visita de su antecesor después de los atentados a las Torres Gemelas. “Vengo para amplificar el grito de tantos que imploran la paz, camino de desarrollo esencial para nuestro mundo globalizado”, dijo.
A nivel político destacó ante el público, entre ellos el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokayev, las reformas iniciadas en la nación tras las revueltas a comienzos de año en búsqueda de mayor apertura luego de tres décadas de un gobierno prorruso.
Hoy, Francisco coincidirá en la capital kazaja con el presidente chino, Xi Jinping, aunque por el momento no hay ninguna reunión prevista entre ambos.
Sin embargo, ante la prensa el pontífice planteó una vez más su deseo de visitar al gigante asiático, país con el que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas.