El papa Francisco aseguró que una eventual renuncia al pontificado no está en su agenda y defendió que el cargo sea “ad vitam”, es decir a perpetuidad.
“Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de las elecciones y entregué esta carta al cardenal Bertone. No sé dónde está la carta. Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para dimitir”, planteó el papa en un diálogo con jesuitas africanos a inicios de febrero dado a conocer ayer por la revista La Civiltà Cattolica.
Jorge Bergoglio, de 86 años y en su cargo desde marzo de 2013, ya había revelado a fines de 2022 que pocas semanas después de ser elegido había dejado lista una carta de renuncia en caso de no poder continuar con el Gobierno de la Iglesia, aunque ya entonces negó que ese momento vaya a darse o fuera siquiera inminente.
“Sin embargo, esto no significa para nada que la renuncia de los papas deba convertirse en algo así como una moda”, enfatizó Francisco. En esa línea, el sumo pontífice reconoció que su antecesor Benedicto XVI “tuvo el valor de hacerlo porque no quería seguir adelante a causa de su salud”, al dimitir en 2013.