Varios cientos de indígenas, entre ellos muchas mujeres, intentaron irrumpir ayer en la sede de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Ecuador en el undécimo día de protestas contra el gobierno de Guillermo Lasso, que logró dispersarlos con una fuerte represión de la Policía con gases lacrimógenos.
El propio mandatario había resuelto unas horas antes desalojar la emblemática Casa de la Cultura, un lugar simbólico para los pueblos originarios que desde el 13 de junio estuvo ocupada por policías, para permitir una asamblea del movimiento. Pero un grupo de los manifestantes avanzó luego hacia la Asamblea Nacional, ubicada a pocos metros y custodiada por un fuerte cordón de militares y policías que los indígenas intentaron quebrar.
La prensa informó que la marcha fue encabezada por un mujeres, pero la policía logró disolver la protesta con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, mientras los manifestantes lanzaban piedras. Las fuerzas fueron obligando a los manifestantes a retroceder hasta el parque El Arbolito, que fue el epicentro de la ola de protestas de octubre de 2019, también liderada por el movimiento indígena contra la eliminación de los subsidios a los combustibles.
El líder de las manifestaciones, Leónidas Iza (titular de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Conaie), escuchó las detonaciones mientras daba una entrevista en vivo y aseveró “eso es una mala señal. Habíamos pedido a nuestras bases que simplemente podamos hacer una marcha pacífica”.