El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, relativizó el impacto de la reimposición de las sanciones internacionales contra su país por el programa nuclear y advirtió a Occidente que enfrentará “graves consecuencias” tras la decisión adoptada en Nueva York, donde Teherán no logró convencer a las potencias de retrasar la medida.
La reacción inmediata de Irán fue el anuncio, en la madrugada del sábado, de la llamada a consultas de sus embajadores en Reino Unido, Francia y Alemania, aunque el gobierno advirtió de que habrá una respuesta más dura.
“No es que el cielo se esté cayendo. Si somos débiles, nos aplastarán, pero si estamos unidos, no hay nada que temer de esta crisis”, declaró Pezeshkian a la televisión estatal iraní antes de abandonar Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la ONU.
Con la decisión, quedó previsto el restablecimiento inmediato de todas las sanciones de la ONU sobre Irán, después de que las tres potencias europeas —el E3: Reino Unido, Francia y Alemania— activaran un proceso de 30 días en el que acusaron a Teherán de violar el acuerdo nuclear de 2015, diseñado para impedir la fabricación de una bomba atómica.
Irán, sin embargo, niega estar desarrollando armas nucleares y advirtió nuevamente de “graves consecuencias” si se reactivan las sanciones. Aun así, Pezeshkian recalcó que su país no tiene intención de abandonar el Tratado de No Proliferación nuclear.
La reanudación de las sanciones de la ONU, que incluyen la congelación de activos y prohibiciones de viaje, supondrá un golpe adicional para la debilitada economía iraní, ya presionada por las medidas unilaterales de Estados Unidos.
Aunque la ONU llama a todos los países miembros a aplicar estas medidas, su implementación práctica depende de cada gobierno. En este sentido, surgen dudas sobre la posición de China, principal comprador de petróleo iraní.
Por su parte, Rusia ya adelantó que no aplicará las sanciones, al considerarlas ilegales, al igual que Pekín. Ambas potencias habían intentado, sin éxito, retrasar el plazo de su entrada en vigor.
Las restricciones reactivadas este domingo responden a una cláusula del acuerdo internacional de 2015 que buscaba limitar el programa nuclear iraní a fines exclusivamente civiles.
En respuesta, Irán insiste en que sus actividades nucleares no tienen carácter militar y la cancillería calificó la medida de “injustificable” y carente de sustento legal.