El Ejército israelí rescató ayer al rehén Qaid Farhan Kadi, un beduino de 52 años, en el sur de la Franja de Gaza, donde permanecía secuestrado por Hamás desde el pasado 7 de octubre, informó un comunicado castrense. “Su estado de salud es estable y está siendo trasladado al hospital para hacerle más pruebas médicas”, aseguraron las fuerzas armadas, que antes informaron a su familia del rescate.
De los 251 secuestrados el 7 de octubre, quedan en el enclave 104 cautivos -34 confirmados muertos-, mientras que hay otros cuatro rehenes desde hace años, de ellos dos soldados muertos. El reencuentro de Kadi con su familia fue posteriormente subido a las redes. Sus familiares, que lo aguardaban en el hospital, corrieron a recibirlo cuando se enteraron que había llegado. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, celebró la noticia y aseguró que el ejército israelí seguirá actuando para traer de vuelta al resto de cautivos.
“Trabajamos incansablemente para traer de vuelta a todos los secuestrados. Lo hacemos de dos maneras: a través de negociaciones y de operaciones de liberación. Ambas maneras requieren nuestra presencia militar en el terreno y una presión incesante sobre Hamás”, dijo el mandatario. “Seguiremos actuando así hasta traerlos a todos de vuelta a casa”, añadió.
Por su parte, la ONU mencionó ayer que la última orden de evacuación emitida por el ejército israelí en Deir al Balah, en el centro de la Franja, fue dada con poca anticipación, “en condiciones peligrosas” y que el área comprende centros médicos, una planta desalinizadora, pozos y una instalación clave de almacenamiento de ayuda.
El portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, explicó que la evacuación afectó considerablemente el suministro en Gaza porque su personal y el de otras organizaciones tuvieron que abandonar la zona. Por otro lado, cinco palestinos fallecieron en el campamento de refugiados de Nur Shams, en Cisjordania ocupada.