Decenas de muertos y miles de heridos y detenidos en Almaty, la ciudad más grande de Kazajistán, coronaron el quinto día de las protestas que estallaron contra el aumento del precio del gas, pero que con el correr de las horas viraron en un rechazo generalizado hacia el Gobierno, que respondió con una “operación antiterrorista” apoyada por fuerzas militares rusas que empezaron a desembarcar ayer en el país asiático.
Las protestas comenzaron el 2 de enero por el aumento del precio del gas licuado de petróleo y aunque días después el gobierno ordenó disminuir los precios, los disturbios se siguieron incrementando, derivando en saqueos e incendios.
El presidente del país, Kasim-Yomart Tokayev, denunció que la revuela fue orquestada por un grupo de “instigadores” y pidió ayuda al Consejo de Seguridad Colectiva de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Por ello, el martes fue enviado un contingente militar formado por tropas rusas, bielorrusas, armenias, tayikas y kirguisas, con la misión de “proteger las instalaciones estatales y militares” y “ayudar a estabilizar la situación y restablecer el estado de derecho”.
Hasta el momento, la Guardia Nacional reportó 18 militares muertos y 748 heridos. Respecto a los civiles, 2.298 personas han sido detenidas y “decenas” de manifestantes murieron, según la policía. Por su parte, el Ministerio de Salud informó más de 1.000 heridos, de los cuales 62 permanecen en terapia intensiva.