El Vaticano afirmó hoy que las bendiciones pastorales a parejas gays autorizadas a fines de 2023 por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe «no son una ratificación a la vida que llevan», tras la polémica generada en varias conferencias episcopales conservadoras.
«Aunque algún Obispo considere prudente por el momento no dar estas bendiciones, igualmente todos necesitamos crecer en la convicción de que las bendiciones no ritualizadas no son una consagración de la persona o de la pareja que las recibe, no son una justificación de todas sus acciones, no son una ratificación de la vida que llevan», planteó hoy una nota del organismo que conduce el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández respecto de la circular que provocó polémica en el sector conservador.
El 18 de diciembre, a través de la Declaración Fiducia Supplicans, Doctrina de la Fe, con la aprobación del papa Francisco, se abrió la puerta a «la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo, cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio».
En ese marco, la nota aclaratoria publicada hoy luego del rechazo de varios obispos conservadores a la iniciativa planteó que «cuando el Papa pidió crecer en una comprensión más amplia de las bendiciones pastorales, nos propuso pensar en un modo de bendecir que no requiera poner tantas condiciones para realizar este simple gesto de cercanía pastoral, que es un recurso para promover la apertura a Dios en medio de las más diversas situaciones».
Según dio a conocer hoy el Vaticano, «las bendiciones pastorales, para que se distingan claramente de las bendiciones litúrgicas o ritualizadas, ante todo deben ser muy breves».
«Se trata de bendiciones de pocos segundos, sin Ritual ni Bendicional. Si se acercan dos personas juntas a implorarla, sencillamente se pide al Señor paz, salud y otros bienes para esas dos personas que al solicitan», desarrolló la nota que hoy lleva la firma de Fernández y su segundo, el italiano Armando Matteo.
«También se pide que puedan vivir en plena fidelidad al Evangelio de Cristo, para que el Espíritu Santo pueda liberar a esas dos personas de todo lo que no responda a su voluntad divina, de todo el que necesite purificación», agregó la aclaración dada a conocer por la oficina de Prensa de la Santa Sede.
De todos modos, el Vaticano sostuvo que «quizás en algunos lugares será necesaria una catequesis que ayude a entender que este tipo de bendiciones no son una ratificación de la vida que llevan».
«Si esto queda claro gracias a una buena catequesis, podemos liberarnos del miedo a que nuestras bendiciones puedan expresar algo inadecuado», convocó Fernández en esa dirección.