Brasil, Colombia y México, tres de los países con mejores relaciones con Venezuela, le exigieron ayer a Nicolás Maduro “hacer públicos los datos” de las elecciones presidenciales del domingo pasado. En un comunicado, las tres naciones sostuvieron que siguen “con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos y hacemos un llamado a las autoridades electorales de Venezuela para que avancen de forma expedita y den a conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación”.
En tanto, los gobiernos de Lula Da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador reiteraron que “las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por la vía institucional. El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”.
“En ese contexto, hacemos un llamado a los actores políticos y sociales a ejercer la máxima cautela y contención en sus manifestaciones y eventos públicos con el fin de evitar una escalada de episodios violentos”, agregaron.
El presidente de Brasil mostró un claro descontento ante la situación política en Venezuela. Fuentes anónimas del gobierno revelaron a la prensa que Lula considera que Maduro inclumplió de manera sistemática sus promesas de transparencia electoral.
En un claro gesto de insatisfacción, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil ordenó al embajador brasileño en Caracas que no asistiera a una ceremonia organizada por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela para certificar los resultados de las elecciones del domingo. En ese marco, el Vaticano tambien se sumó a las voces que piden transparencia en los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela y reclamó la “verificación de las actas de escrutinios”.
El que dio un giro completo fue Estados Unidos, que anoche salió a dar por ganador a Edmundo González Urrutia. La toma de postura de la administración de Joe Biden llegó en boca del secretario de Estado, Antony Blinken. “Dada la abrumadora evidencia, está claro para Estados Unidos y, lo que es más importante, para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio”, dijo Blinken.
Por su parte, la opositora María Corina Machado se declaró en la “clandestinidad” por temor a su “vida” y su “libertad”, en un artículo en The Wall Street Journal, luego de que el presidente Nicolás Maduro pidiera cárcel para ella y González Urrutia. “Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, por mi libertad”, expresó Machado en la nota publicada ayer en el medio estadounidense, en la que pidió el “cese inmediato de la represión” de las protestas contra la reelección de Maduro, que considera fraudulenta. “Los venezolanos cumplimos con nuestro deber. Votamos para sacar del poder al señor Maduro. Ahora corresponde a la comunidad internacional decidir si tolera o no un gobierno probadamente ilegítimo”, cerró.
La OEA buscará imputar al líder chavista
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aseguró ayer que presentará un pedido ante el tribunal de La Haya para imputar a Nicolás Maduro tras las elecciones en Venezuela y por haber prometido “un baño de sangre” contra la población. Además, solicitará una orden de captura internacional.
Almagro fue categórico durante su discurso en la asamblea extraordinaria convocada por diferentes países en Washington para conseguir una resolución que exija transparencia al gobierno venezolano sobre las elecciones del domingo, catalogadas como fraudulentas.
“Maduro prometió un baño de sangre, y nos indignó oírlo y más nos indigna ahora que lo está haciendo”, expresó el secretario general de la OEA. “Hay premeditación, alevosía, impulso brutal ferocidad, ventaja superior”, aseguró. Por su parte, el Gobierno de Gabriel Boric puso en marcha un plan de acción ante una eventual nueva ola migratoria tras el triunfo de Maduro y el cierre de su embajada en Chile determinado por el líder chavista luego de que no reconociera su reelección.