La Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora tras el nombramiento de tres magistrados por el ex presidente Donald Trump, inició ayer una audiencia que revisará el derecho al aborto en el país del norte, en lo que podría suponer un retroceso histórico en los derechos de la mujer.
El eje del debate está centrado en una ley del Estado de Mississippi que busca prohibir la interrupción del embarazo luego de la semana 15 de gestación, lo que haría retroceder 50 años el derecho al aborto en el país, que desde 1973 permite la práctica en todo su territorio.
La composición actual del tribunal, con seis jueces conservadores y tres progresistas, podría inclinar la balanza a favor de quienes se oponen a la actual legislación y dar lugar al pedido de Mississippi. En este sentido, el juez Brett Kavanaugh -nombrado por Trump- dijo que “la Constitución no es ni pro vida ni pro elección”, sugiriendo que no hay garantías de que se mantenga la legalización.
En la histórica decisión del caso “Roe vs. Wade” de 1973, el tribunal sostuvo al contrario que el acceso al aborto es un derecho constitucional de la mujer, mientras que otro fallo de 1992 garantizó la interrupción del embarazo hasta que el feto fuera viable fuera del útero, algo que ocurre entre las 22 y 24 semanas de gestación. De todas formas, la audiencia iniciada ayer será solo un paso de un largo recorrido judicial que se presume llevará por lo menos seis meses.