“Europa lleva 20 años desarmada en comparación con los demás continentes. Respecto a Estados Unidos, Rusia, India y China, somos el único que ha bajado nuestras inversiones”, manifestó ayer el comisario europeo, Thierry Breton, en una conferencia de prensa. Sucede que en la víspera y tras una reunión de la Comisión Europea, que funciona como un “Gobierno de Europa” ya que ostenta el Poder Ejecutivo de la Unión Europea (UE), se propuso gastar 512 millones de dólares para comprar nuevo armamento. Se trata de unos 500 millones de euros que serán utilizados para la compra conjunta de armas con el fin de reemplazar las existentes, reducidas por el apoyo a Ucrania.
Breton explicó que los Estados miembro “utilizaron sus reservas de munición, artillería ligera y pesada, sistemas de defensa antiaérea o antitanque, o incluso vehículos blindados y tanques. Esto ha creado una vulnerabilidad de facto que ahora hay que abordar con urgencia”. El Ejecutivo europeo señaló que dará prioridad a la compra de misiles aéreos portátiles, misiles antitanque portátiles, cañones de 155 milímetros y sus municiones. “Tenemos que actuar con rapidez, dado el estado de las existencias nacionales”, subrayó el comisario.
Según se informó desde Bruselas, sede de la Comisión Europea, la propuesta tratada en la víspera complementa el Fondo Europeo de Defensa que se centra en la investigación y el desarrollo. Este fondo tiene 8.000 millones de euros para el período 2021-27. El nuevo instrumento dispone de 500 millones de euros durante dos años -el periodo de 2023 a 2024-, pero pretende prolongarse en el tiempo “a mayor escala”, como fue el caso del Fondo Europeo de Defensa. También desde la CE enfatizaron que los Estados miembros dediquen el 2% de su PIB al gasto en defensa, como se habían comprometido, pero que solo solo siete de ellos (Grecia, Polonia, Lituania, Estonia, Letonia, Croacia y Eslovaquia) alcanzaron este objetivo en 2022.
Desde el comienzo de esta semana, el Ejecutivo europeo está en plena actividad. El lunes el Consejo de la UE acordó el quinto tramo de ayuda militar a Ucrania por 500 millones de euros. De este modo, el apoyo militar a las fuerzas de Kiev alcanzó los 2.500 millones de euros. En tanto, desde Rusia manifestaron que los suministros de armas occidentales solo “echan leña al fuego” sobre el conflicto y de ninguna manera contribuyen a reanudar las conversaciones entre las partes.