La guerra en Ucrania se encaminaba ayer a entrar en una fase más destructiva y violenta con el asedio ruso a la ciudad de Kiev, que las especulaciones indican hoy invadiría con toda su fuerza, operación que amenaza con empujar a sus protagonistas a una situación de no retorno, donde el diálogo ya no sea una vía posible de solución del conflicto.
El ejército ruso bombardeó ayer el centro de Jarkov, segunda ciudad más poblada de Ucrania, a la vez que advirtió a la estratégica localidad portuaria de Mariupol que “quedará cercada por completo”, mientras mantenía el asedio sobre Kiev, en el sexto día de una invasión que, según anticipó el Kremlin, continuará “hasta lograr los objetivos”, pese al inicio del diálogo y la presión de las potencias occidentales con las sanciones en su contra. La presión militar rusa, de hecho, se intensificaba en toda Ucrania, donde la prensa denunció que tropas bielorrusas -aliadas de Vladimir Putin- habrían cruzado la frontera para dar respaldo en la región de Chernihiv, en el norte.
Ayer, al menos ocho personas murieron, seis resultaron heridas y 35 fueron socorridas por un ataque aéreo en una zona residencial de Jarkov, según informó el servicio de situaciones de emergencia ucraniano, que publicó fotos de sus miembros interviniendo en el edificio dañado. Jarkov es una ciudad de 1.400.000 de habitantes, con una gran población rusoparlante, que está muy cerca de la frontera con Rusia.
Pero el ataque mayor se espera para las próximas horas en Kiev, hacia donde avanza por tierra una impactante columna de 65 kilómetros de blindados y artillería de las fuerzas de Putin. Rusia misma adelantó que atacará las infraestructuras de los servicios de seguridad ucranianos en la capital, e instó a evacuar a los civiles que viven cerca. “Instamos a los habitantes de Kiev que viven cerca de los centros de telecomunicaciones a abandonar su domicilio”, avisó el vocero del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov. Ya ayer, el Ministerio del Interior ucraniano anunció un ataque ruso en la torre de televisión de Kiev, provocando la interrupción de la transmisión de los canales de TV.
Así las cosas, la invasión a la capital del país se presumía inminente, pese a todas las sanciones y los llamados al cese el fuego de las potencias occidentales. La acción amenaza con hacer naufragar definitivamente el tibio diálogo iniciado el lunes por los gobiernos de ambos países, en la que se abordaron al menos “algunos puntos” que podrían derivar en futuros acuerdos de paz, aunque se pospusieron para seguir debatiendo en una fecha sin precisión. Rusia continuará su invasión “hasta lograr los objetivos”, ratificó ayer el ministro de Defensa, Serguei Shoigu: el propio Putin había adelantado el domingo que exige el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y la desmilitarización de Ucrania como condiciones para terminar la guerra; algo que por el momento parece lejano.
El Ejército invasor avanza en distintos frentes
En su sexto día, la guerra desencadenada en el corazón de Europa se desplegaba hacia todos los rincones de Ucrania, donde las tropas rusas avanzan en distintas direcciones. Al asedio de Jarkov y Kiev, las dos principales ciudades del país, se sumaba en el norte la embestida a la región de Chernihiv, donde ya se combate.
A la vez, tropas rusas y las fuerzas separatistas prorrusas se unieron en la estratégica zona litoral del mar de Azov, según informó el ministerio ruso de Defensa. Fuerzas del territorio separatista de Donetsk “se han unido a las unidades militares de las fuerzas armadas de la Federación Rusa, que tomaron el control de las zonas ucranianas a lo largo del Mar de Azov”, declaró y agregó que “el Ejército ruso llevó a cabo ataques con armas de alta precisión de largo alcance desde el mar”.
El comandante de las fuerzas separatistas del territorio prorruso de Donestk, Eduard Basurin, anticipó además que Mariúpol, ciudad portuaria estratégica en el mar de Azov, “quedó cercada por completo”. Volnovaja, una localidad cercana de 20.000 habitantes, fue “destruida” por completo, agregó Pavlo Kirilenko, gobernador de Donetsk.
Atacaron a una torre de televisión para dejar aislada a la capital del país
Cinco personas murieron y otras cinco resultaron heridas ayer en un ataque de las fuerzas militares rusas contra la torre de televisión de Kiev, una acción que también afectó el memorial que recuerda la matanza de miles de judíos por el nazismo.
“Según los datos preliminares, cinco personas murieron y cinco resultaron heridas” en este ataque que también provocó la interrupción de la difusión de los canales de televisión, indicó el servicio de Estado ucraniano para las situaciones de emergencia.
“Las cadenas no funcionarán durante algún tiempo”, pero los sistemas “de socorro” harán posible a algunas televisoras restablecer su difusión próximamente, indicó el Ministerio del Interior.
El ataque podría ser el anticipo de la invasión definitiva a la capital ucraniana, ya que busca aislar informativamente a la ciudad. La torre de televisión está en el mismo barrio que el sitio de Babi Yar, un lugar donde los nazis cometieron una masacre contra judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día es un memorial construido en 2016. Hasta el momento, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU registró al menos 102 muertos y 304 heridos civiles desde que empezó la guerra, una cifra mucho menor que la difundida por las autoridades ucranianas (352 muertos).