En una sorpresa colosal —sin precedentes desde hace 50 años— la coalición de izquierda formada por el movimiento La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Melenchon con socialistas y ecologistas, se convirtió ayer en la fuerza política dominante de Francia al ganar en forma inesperada la segunda vuelta de las elecciones legislativas con un total de 172 a 192 escaños en la Asamblea Nacional.
A su vez, la coalición gubernamental Ensemble (Juntos), formada por los partidarios del presidente Emmanuel Macron, ocupó el segundo puesto con 150 a 170 diputados, aunque perdió casi un centenar de diputados con respecto al bloque que tenía desde 2022. Juntos quedó, sin embargo, en condiciones de intervenir en el juego de alianzas que se abrió anoche en Francia, apenas conocidos los resultados.
Pese a la sorpresa, que marcó una estrepitosa derrota de Reunión Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen que postulaba como candidato a primer ministro a Jordan Bardella y que solo obtendrá entre 132 y 152 escaños, ningún movimiento político pudo reunir las 289 bancas necesarias para obtener la mayoría parlamentaria, formar gobierno y aplicar el programa de reformas prometido durante la campaña electoral. En todo caso, la ausencia de una mayoría clara obligará a abrir de inmediato un proceso de discusiones entre los diferentes actores para encontrar una salida negociada al futuro de la gobernabilidad del país.
En su discurso, apenas 10 minutos después del cierre de las urnas, Melenchon afirmó que, en función de los resultados, el presidente Emmanuel Macron, debía “convocar al Nuevo Frente Popular para gobernar. Irse o nombrar un primer ministro surgido de nuestras filas”. Una obligación que no está prevista en la Constitución francesa.
El jefe del Estado hizo saber por la noche que esperará a conocer la recomposición definitiva de la Asamblea para decidir los pasos a seguir. En cambio, en un discurso cargado de emoción, el primer ministro Gabriel Attal, que dirigió la campaña del macronismo, anunció que presentará su renuncia al jefe del Estado.
El acontecimiento más significativo fue la derrota de esa extrema derecha que, cuando creía tener el poder al alcance de la mano, recibió un portazo en la cara que sancionó el fracaso de sus esfuerzos para conquistar la mayoría parlamentaria.