Los miembros de la OTAN se reunieron en Bruselas, mismo lugar donde se encontró el G7, e hicieron una declaración conjunta en la que alertaron a Rusia contra “cualquier amenaza del uso de armas químicas, biológicas y nucleares” en Ucrania.
En la reunión, acordaron desplegar 40.000 soldados adicionales en los países miembro de Europa del Este y suministrar más ayuda militar a Kiev para defenderse de “amenazas biológicas, químicas, radiactivas y nucleares” de Moscú, dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien fue reelecto ayer por un año más en su cargo.
En tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue uno de los presentes en el encuentro y advirtió que la alianza atlántica ofrecerá una respuesta si Rusia decide hacer utilización de este tipo de armamento. “La naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del uso”, advirtió el mandatario en conferencia de prensa.
Además, Biden instó a expulsar a Rusia del G20, aunque acotó que esa decisión dependería del conjunto de miembros de esa instancia de coordinación entre potencias industrializadas y emergentes.
“Hoy hablamos de eso. Y planteé la posibilidad de que si no puede hacerse (expulsar a Rusia), si Indonesia (país anfitrión de la próxima cumbre) y otros no están de acuerdo, tendríamos que permitir que Ucrania también pueda asistir a las reuniones”, añadió el demócrata.
Finalmente expresó su “esperanza” de que China se va a abstener de ayudar al Kremlin en la guerra en Ucrania. Previamente China se había pronunciado en contra de la exclusión de Rusia. “Ningún miembro tiene derecho a expulsar a otro”, aseveró el vocero de la Cancillería china, Wang Wenbin.