Delegados de los 27 países de la Unión Europea (UE) analizaron ayer una propuesta para desbloquear el sexto paquete de sanciones a Rusia, con el objeto de anunciarlo en las próximas horas, aunque no tendrá el impacto esperado.
La principal medida es el eventual embargo a las importaciones de petróleo ruso, aunque ahora podría alcanzar solo a los envíos por barcos y camiones pero no al suministro a través de oleoductos.
Hungría, que no tiene acceso al mar, se opone a estas nuevas sanciones ya que depende del petróleo de Rusia a través del oleoducto de Druzhba, que suministra el 65% de su consumo.
La propuesta inicial de la UE incluía una derogación especial para Hungría y Eslovaquia, hasta fines de 2023, pero ambos países consideraron que el período era insuficiente y exigieron al menos cuatro años, una demanda a la que se sumó la República Checa. Las sanciones solo pueden ser dispuestas por unanimidad.