Las fuerzas ucranianas se reagrupan, en medio de los bombardeos rusos, a la espera una ofensiva en el este del país que podría ser “decisiva” para una guerra que ya ha dejado miles de muertos, una destrucción incalculable y a Rusia aislada a nivel internacional. Las fuerzas comandadas por Vladimir Putin alinearon en las últimas horas más potencia de fuego, luego del nombramiento de un nuevo general como comandante de guerra, antes de la embestida en el este ucraniano.
Tanto Occidente como los expertos anticipan que la ofensiva rusa a gran escala en la región comenzaría en los próximos días, aunque hay dudas sobre la capacidad de sus fuerzas diezmadas y desmoralizadas para conquistar más terreno. El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña informó ayer que las Fuerzas Armadas de Rusia están tratando de compensar las crecientes bajas llamando al personal dado de baja en la última década para sumarse al conflicto; mientras la mayor parte de las fuerzas ucranianas se concentran en el este para preparar la resistencia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anticipó que su país se prepara para “batallas importantes, que algunos dicen que serán decisivas, en el este”. “Estamos listos para combatir y, paralelamente, buscar terminar esta guerra mediante la diplomacia”, agregó en referencia a las negociaciones de paz. “El ataque ruso a Ucrania es un ataque a toda Europa y detenerlo es vital para la seguridad de las democracias”, alertó Zelenski, quien reclamó apoyo de Europa como “una estrategia de defensa para todos los Estados civilizados”.
Rusia, a su vez, designó al temible general Alexander Dvornikov, uno de sus jefes militares más experimentados, para comandar la invasión armada. Conocido como “el carnicero de Siria” por la utilización de armas químicas y ataques aéreos indiscriminados en el conflicto en ese país, Dvornikov asume con un objetivo claro: apoderarse de toda la región oriental del Donbass, luego de los desastrosos resultados militares en Kiev, la capital.
Por lo pronto, las fuerzas rusas bombardearon ayer la nororiental Jarkov -la segunda ciudad más grande y poblada de Ucrania-, y enviaron refuerzos a la de Izyum, ubicada más al sureste, un punto clave porque la ciudad une a Jarkov con Lugansk, capital de la provincia, esencial para cualquier ofensiva en el Donbass. Paralelamente, el Ejército ruso también continuó su ataque en Mariupol -la sureña ciudad portuaria del Donbass a orillas del mar de Azov-, que está sitiada por las fuerzas invasoras desde hace más de un mes.
Al mismo tiempo, crecen las denuncias de “crímenes de guerra” contra Rusia, luego de que un ataque con cohetes contra la estación de Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde centenares de personas esperaban un tren para salir de la región asediada ocasionara una nueva masacre. “50 muertos, entre ellos cinco niños. Es el número actual de muertos por el bombardeo realizado por las tropas de ocupación rusas en Kramatorsk”, escribió el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kyrylenko. La ONU denunció que más de 14.000 personas han muerto en el conflicto.
Johnson respaldó a Zelenski y dijo que le enviará armas
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, realizó este sábado una visita sorpresa a Kiev y se reunió con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para demostrar la “solidaridad” de su país, en un gesto potente hacia Rusia, que salió a repudiar la iniciativa. Jonhson viajó “para reunirse personalmente con el presidente Zelenski, en un gesto de solidaridad con el pueblo ucraniano” y con la intención de “presentar un nuevo paquete de ayuda financiera y militar” a este país, precisó un portavoz del premier.
El jefe de Gobierno británico le prometió de hecho a su par ucraniano vehículos blindados y misiles antibuques, a la vez que celebró la resistencia contra la invasión rusa como “la mayor hazaña del siglo XXI”. “Gracias al decidido liderazgo del presidente Zelenski y al invencible heroísmo y el coraje del pueblo ucraniano, los monstruosos planes del (presidente ruso Vladimir) Putin han sido desbaratados”, dijo Johnson.
En respuesta, Rusia llamó a la comunidad internacional a dejar de suministrar armas a Kiev. “Llamamos a la comunidad internacional a evaluar de manera imparcial los crímenes de las formaciones ucranianas, dejar de suministrarles armas y alentar a Kiev a abandonar métodos de guerra inadmisibles”, planteó la cancillería rusa.