El avance letal de Rusia en Ucrania puso en estado de alerta como nunca antes a Europa, al menos desde la era de la Guerra Fría. No sólo el bloque entero acordó un plan para comprar armas en pos de fortalecer rápidamente las capacidades militares de sus miembros, sino que ahora uno de los países del viejo continente anunció la reinstalación del servicio militar obligatorio, una institución ya añeja en la mayoría del mundo desarrollado.
Letonia, en efecto, informó ayer que reimpondrá el servicio militar obligatorio, que había eliminado en 2007, ante las tensiones con Rusia. El anuncio estuvo a cargo del ministro de Defensa, Artis Pabriks, que remarcó que “el actual sistema militar de Letonia alcanzó su límite” y consideró que “no hay motivo para pensar que Rusia cambiará su comportamiento”.
Letonia había suprimido el servicio después de unirse a la OTAN y desde 2007 sus Fuerzas Armadas están integradas por soldados de carrera y voluntarios. Con menos de 2.000.000 de habitantes y limítrofe con Bielorrusia y Rusia, tiene 7.500 soldados activos y miembros de la Guardia Nacional, apoyados por 1.500 soldados de la OTAN.
Pabriks dijo que el servicio militar obligatorio comenzará a regir gradualmente el próximo año, con varias opciones posibles para cumplirlo. Los ciudadanos podrán escoger entre incorporarse al servicio de defensa, al de Guardia Nacional, realizar un curso de comandante o un servicio alternativo. El plan es introducir de forma gradual este nuevo sistema para dentro de cinco años, comenzando con la primera fase de implementación a partir de enero próximo. Así, a lo largo del primer año hasta 1.000 personas podrían ser reclutadas en dos tandas.
La formación durará 11 meses y será para hombres de entre 18 y 27 años, y las mujeres podrán realizar el servicio militar de forma voluntaria. Pabriks también anunció planes de construir otra base militar en la ciudad de Jekabpils, situada cerca de la frontera rusa.
Por lo pronto, Rusia redobló ayer su ofensiva en la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, con bombardeos “masivos”, a cuatro jornadas de haber anunciado la conquista de la provincia vecina de Lugansk. Varios cohetes cayeron sobre el mercado de la ciudad Sloviansk, uno de los últimos objetivos en manos de Ucrania, donde las autoridades multiplicaban los esfuerzos para evacuar a los civiles.
El alcalde Vadym Lyaj alertó que aún hay 23.000 civiles en la localidad, a la vez que aseguró que las tropas rusas aún no consiguieron rodear el municipio. “Desde que empezaron las hostilidades, 17 residentes de la comunidad murieron y 67 resultaron heridos”, informó Lyaj, quien indicó que “la evacuación está en marcha. Estamos sacando gente cada día. Quedan unos 23.000 residentes”. “La ciudad está bien fortificada.
Rusia no logra avanzar”, aseguró. Sloviansk es una de las tres grandes ciudades de la provincia de Donetsk que se encuentra bajo control ucraniano, al igual que Kramatorsk y Bajmut, los últimos objetivos que le faltan a Rusia para conquistar el Donbass.