Hace ocho años, durante la primera campaña presidencial de Donald Trump, los ejecutivos de las grandes tecnológicas básicamente lo ignoraron, pero en el ciclo electoral de este año intentaron no cometer el mismo error.
Desde Mark Zuckerberg, Tim Cook y Sundar Pichai, los ejecutivos de las grandes tecnológicas empezaron a tender puentes directos con Trump desde semanas y meses antes del día de las elecciones.
Lo adularon, compartieron con él sus problemas y criticaron a sus opositores, poniendo el énfasis en los enemigos que tienen en común. Los ejecutivos nunca le dieron un respaldo público, pero el martes, después de la victoria de Trump, lo cubrieron de felicitaciones en la plataforma social X.
El gobierno de Biden puso a las tecnológicas en la mira, con agresivas medidas antimonopolio y una ofensiva contra las fusiones y adquisiciones de empresas. Trump ha dicho que los directivos de esas empresas han manifestado estar dispuestos a dar vuelta la página y se ha mostrado receptivo a sus reclamos. “No voy a dejar que se aprovechen de nuestras empresas”, dijo el republicano en plena campaña, hace menos de un mes.