El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y la titular del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, inauguraron ayer el año judicial con un fuerte mensaje en defensa de la democracia y una dura condena contra los golpistas que el 8 de enero asaltaron las sedes de los tres poderes en la capital.
“Con ese bárbaro asalto a los poderes de la Nación, la violencia y el odio mostraron la cara más absurda del terror”, en un “episodio cultivado con sucesivas embestidas” para intentar “consolidar un proyecto autoritario”, manifestó Lula en un breve discurso.
“El pueblo brasileño no quiere conflictos entre instituciones. No quiere agresión, intimidación o el silencio de los poderes fácticos. El pueblo brasileño quiere y necesita mucho trabajo, dedicación y esfuerzo de los tres poderes para reconstruir Brasil”, agregó.
Por su parte, el ex presidente Jair Bolsonaro vaticinó que el gobierno de Lula “no durará mucho” y dejó en claro que no abandonará la política, en su primer acto público desde que abandonó Brasil rumbo a Estados Unidos.
“Puede estar seguro de que en poco tiempo tendremos noticias. Si este gobierno sigue en la línea que ha mostrado en estos primeros 30 días, no durará mucho”, advirtió Bolsonaro a sus seguidores en Orlando.
En el encuentro con sus seguidores, el ex mandatario también lamentó el asalto a la sede de los tres poderes en Brasilia. “Lamentamos lo que hicieron algunas personas inconsecuentes el 8 de enero. Ese no es nuestro derecho. Ese no es nuestro pueblo”, afirmó el ex militar.