La muerte de una joven de 22 años por llevar mal puesto el velo en su cabeza generó una ola de repudio y manifestaciones para rechazar la violencia hacia las mujeres en Irán. La semana pasada, las patrullas de la Policía iraní que regulan el comportamiento de las mujeres en base a la vestimenta que llevan, detuvieron a una joven que estaba de visita en la capital junto a su familia.
Su nombre era Mahsa Amini, de origen kurdo, quien fue llevada a la comisaría por tener usar su velo de manera incorrecta. Allí perdió la conciencia y tuvo un ataque cardíaco. Según testigos la joven habría sido golpeada por la Policía, la cual desmiente haber actuado por la fuerza. Tras el paro, fue llevada a un hospital donde estuvo internada tres días y luego murió. La autopsia confirmó que sufrió golpes en la cabeza.
Dentro del país, la indignación creció rápidamente y un movimiento sin igual de mujeres salieron a las calles para protestar y pedir por el respeto a sus vidas al gobierno de la República Islámica de Irán. También hubo varones que las acompañaron. Todo comenzó el fin de semana. Las iraníes cortaron las calles y se movilizaron en distintas localidades. “Mujeres, vida y libertad”, cantaron en la universidad de Teherán. Algunas se cortaron el cabello en señal de protesta en la calle, hubo declaraciones públicas masivas y hasta fogatas donde algunas tiraron sus hiyab (velo que cubre la cabeza y el pecho de las musulmanas).
La hiyab es un código indumentario, que la Policía iraní exige obligatoriamente a las mujeres locales y extranjeras hace décadas. Mientras tanto, los hombres no usan ningún tipo de vestimenta que cubra sus rostros, pechos o cuerpos.
Según la ONG iraní de derechos humanos, Hengaw, tras las protestas cuatro personas perdieron la vida y 75 resultaron heridas por disparos de la policía durante las manifestaciones. Las redes sociales fueron eco de la violencia.
La muerte de Amini trascendió fronteras y llegó a Naciones Unidas (ONU). “La trágica muerte de Mahsa Amini y las denuncias de tortura y malos tratos deben ser investigadas de manera rápida, imparcial y eficaz por una autoridad competente independiente que vele por que su familia tenga acceso a la justicia y a la verdad”, dijo la Alta Comisionada interina para los Derechos Humanos de la ONU, Nada Al-Nashif.
Algunos funcionarios públicos se sumaron y repudiaron el hecho. El presidente iraní, Ebrahim Raisi, habló con la familia y les prometió una investigación minuciosa para esclarecer lo sucedido.