Las Fuerzas Armadas de Níger anunciaron ayer su apoyo a un grupo de oficiales que el miércoles dio un golpe de Estado y detuvo al presidente Mohamed Bazoum, pese a que el Gobierno dijo que no aceptará su autoridad y llamó al pueblo a rechazarla.
En ese marco, Estados Unidos, Rusia, la ONU y la Unión Europea (UE) exigieron la liberación de Bazoum, elegido en 2021, en la primera transferencia de poder pacífica y democrática en la nación del oeste de África desde su independencia de Francia en 1960.
La detención de Bazoum, de 63 años, amenaza los esfuerzos de Occidente de estabilizar la región africana del Sahel, donde se han registrado varios golpes de Estado en los últimos años. Mali y Burkina Faso, vecinos de Níger por el oeste, han sufrido cuatro golpes de Estado desde 2020, y ambos enfrentan una ola de atentados y ataques de los grupos islamistas radicales Al Qaeda y Estado Islámico.
En Níger, los extremistas han cometido ataques contra civiles y personal militar, pero la situación general de seguridad en la nación de 25.000.000 de habitantes no era tan grave como en países vecinos.
El miércoles por la mañana, miembros de la Guardia Presidencial de Níger rodearon la casa de Bazoum en Niamey, la capital, con él y su mujer adentro y lo detuvieron.
Los soldados facciosos, un grupo de oficiales que se hacen llamar Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, tomaron la televisión estatal y anunciaron que habían tomado el control del país debido a un deterioro de la seguridad y de la economía.