La crisis migrante en la frontera entre Bielorrusia y Polonia no deja de profundizarse. Luego de que se reiterarán los intentos de parte de los inmigrantes de cruzar de Bielorrusia hacia Polonia, desde el Ministerio de Defensa polaco anunciaron ayer que “la situación en la frontera no se resolverá rápidamente” y advirtieron que “tenemos que prepararnos para meses, incluso años” de tensión.
Desde el lado bielorruso, miles de personas -entre ellas mujeres y niños- procedentes mayoritariamente de Medio Oriente, siguen instaladas en improvisados campamentos, en condiciones precarias, encendiendo hogueras para protegerse de las bajas temperaturas.
A pesar de la utilización de gases lacrimógenos y cañones de agua por parte de las fuerzas de seguridad polacas, los migrantes se defendieron tirando piedras y volvieron a realizar nuevos intentos de cruzar hacia el lado polaco en su objetivo de ingresar a Europa. Según informaron los guardias fronterizos polacos, hubo “161 intentos de cruces ilegales”.
En este contexto, la Unión Europea presionó a las aerolíneas para que paralizaran el transporte de posibles migrantes a Bielorrusia y cuestionó al presidente de dicho país, Alexandr Lukashenko, por alentar esta crisis como represalia a las sanciones que el bloque aplicó a su Gobierno por reprimir protestas tras su reelección el año pasado. Lukashenko y su aliado, el presidente ruso Vladimir Putin, rechazaron las acusaciones y criticaron a la UE por no aceptar a los migrantes.
La comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatović, visitó la zona y manifestó preocupación por la situación, calificándola como “extremadamente peligrosa”. Por ello, en declaraciones a la prensa dijo que “necesitamos encontrar una forma de desescalar y de asegurarnos que el enfoque sea detener el sufrimiento”. Cabe destacar que, si bien el Consejo de Europa es la principal organización de defensa de los derechos humanos en el viejo continente, no forma parte de la Unión Europea.
Merkel y Lukashenko anuncian un diálogo
La crisis migratoria que se vive en la frontera entre Bielorrusia y Polonia no sólo afecta a estos dos países. Los migrantes no tienen el objetivo de permanecer en Polonia, sino que esta sea su puerta de entrada que les permita acceder a otros países de la Unión Europea con mejores condiciones económicas, como Alemania.
En base a este diagnóstico, en el día de ayer se informó que el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y la canciller alemana, Angela Merkel, mantuvieron una conversación telefónica que derivó en la decisión de comenzar negociaciones de manera inmediata con el fin de resolver la problemática.
Desde un comunicado emitido por el gobierno de Bielorrusia, se indicó que ambos mandatarios acordaron considerar el problema en su conjunto a nivel Bielorrusia y Unión Europea.
El vocero de la canciller alemana destacó en Twitter la necesidad de garantizar “la atención humanitaria y las oportunidades de retorno de las personas afectadas”.