La liberación de 207 trabajadores que eran sometidos a la esclavitud en la cosecha de uva para las principales bodegas en el sur de Brasil desató una ola de declaraciones prejuiciosas y racistas por parte de un grupo de empresarios, que argumentaron que la mano de obra escasea debido a los planes sociales, y de un político bolsonarista, que dijo que era mejor contratar argentinos antes que afrodescendientes brasileños.
En medio del escándalo provocado por la liberación de los esclavos a un sector que moviliza gran parte de la economía del estado de Rio Grande do Sul, la central patronal Centro de Industria, Comercio y Servicios de Bento Gonçalves repudió los hechos, pero interpretó que el sometimiento a la esclavitud tiene vínculo con la falta de mano de obra.
“Hay un amplio sector de la población con plenas condiciones productivas que pese a ello se encuentra inactiva, sobreviviendo mediante un sistema asistencialista que no tiene nada de saludable para la sociedad”, aseguró en un comunicado la central patronal.
Por otro lado, el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Brasil, decidió ayer conceder la libertad provisional a 173 acusados de participar en el intento de golpe de estado contra Lula da Silva el pasado 8 de enero.
En consecuencia, estas personas podrán responder al proceso desde sus respectivos estados y la prisión preventiva será sustituida por otras medidas cautelares, como la suspensión del pasaporte, el uso de tobilleras electrónicas, la prohibición de usar las redes sociales y de comunicarse con otros investigados, y la presentación semanal ante un magistrado, entre otras.