El presidente de Rusia, Vladimir Putin, que fue reelegido el domingo por un amplio margen para un quinto mandato, participó ayer de un acto multitudinario por el décimo aniversario de la anexión de Crimea en la Plaza Roja de Moscú en el que celebró su contundente victoria electoral.
“Hace 10 años, aquí en la Plaza Roja, en este mismo escenario, recordé que a menudo se llama a Crimea un portaaviones inexpugnable y es apropiado decir que Crimea ha regresado al puerto de origen”, dijo Putin en un breve discurso mientras era ovacionado por la multitud. El sábado se cumplió una década del referéndum en esa península ucraniana sobre si el territorio, que había sido invadido y ocupado por fuerzas rusas en las semanas anteriores, debía unificarse con Rusia.
Además, Putin describió al Donbass -una región de Ucrania cercana a Rusia y reclamada por el régimen- y otras partes del país invadido ocupadas por fuerzas rusas como parte de una “Nueva Rusia”.
“Crimea no es solo un territorio estratégicamente importante; no solo es parte de nuestra historia, de nuestras tradiciones y del orgullo de Rusia. Crimea, sobre todo, son personas, quienes a lo largo de décadas mantuvieron la fe en su patria. Nunca se separaron de Rusia y eso es lo que permitió que Crimea regresara a nuestra familia común”, agregó desde el escenario, acompañado de los otros tres candidatos a la presidencia, que lejos están de representar a una oposición.
Por otro lado, la oposición rusa exhortó a la comunidad internacional a no reconocer los resultados de las elecciones, finalizaron con una victoria aplastante de Putin. Con arengas como “Rusia sin Putin”, “Putin es un dictador” o “Putin es el demonio”, miles de personas se concentraron en varias ciudades para clamar contra el mandatario ruso, que se perpetuará en el poder al menos hasta 2030. La Unión Europea, antes del domingo, había dicho que no cree que los comicios rusos sean “libres y justos” al no contar con candidatos de la oposición.