El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, rechazó el ultimátum dado por parte de Rusia a las autoridades de la disputada ciudad portuaria de Mariupol, para que el Ejército que responde a Kiev entregue la localidad a cambio de evacuar a sus residentes y evitar la destrucción de su infraestructura.
“Tendríamos que estar todos muertos y solo entonces se cumpliría su ultimátum. Ni los habitantes de Jarkov, ni los de Mariupol, ni los de Kiev, ni yo, el presidente, podemos hacerlo”, dijo el mandatario en una entrevista con la radio pública ucraniana, desafiando las exigencias de su rival.
Además, agregó que los posibles compromisos que su gobierno asuma para detener la invasión, serán sometidos a un referéndum popular. Paralelamente, autoridades de la sureña Odessa, que cuenta con el puerto más importante de Ucrania a orillas del mar Negro, informaron que sufrieron su primer bombardeo ruso.
La municipalidad de la localidad señaló que los ataques fueron realizados desde el mar Negro y que dañaron algunas viviendas pero no provocaron muertos. Luego de conocidos estos hechos, el gobierno de Estados Unidos advirtió un aumento de la actividad naval rusa en el Mar Negro, algo que pone en desventaja al Ejército ucraniano, que no cuenta con sistemas marítimos defensivos para detenerlos y solo puede hacer guardia terrestre.
Las ciudades portuarias, como lo son Mariupol y Odessa, son de suma importancia tanto para la defensiva ucraniana como para la ofensiva rusa, ya que si Moscú lograra desplegarse sobre la costa de Ucrania podría dejar al resto del país sin salida al mar Negro y en una situación de aislamiento territorial.
Además, la importancia estratégica de Mariupol se debe a que su captura le permitiría a Moscú establecer un puente entre la región rebelde del Donbás hacia Crimea, la península ucraniana que Moscú se anexionó en 2014, tras un referéndum popular no reconocido ni por Ucrania ni el resto de Occidente.