La candidatura de Silvio Berlusconi a la Presidencia italiana sumó ayer un nuevo rechazo desde la centroizquierda, por lo que las fuerzas de derecha que lo apoyan ya barajan la posibilidad de un “plan B”.
Para ser electo Presidente de Italia es necesario contar con, por lo menos, más de la mitad del apoyo del Parlamento, por lo que se necesita de un importante consenso de los legislados.
En este sentido, Stefano Fassina, de Libres e Iguales, una de las fuerzas de centroizquierda que integran el Gobierno del premier y también candidato a la presidencia, Mario Draghi, consideró que “Berlusconi es una figura divisiva, no puede ser presidente”.
Ante esto, el jefe de bloque de diputados Riccardo Molinari, del partido de derecha la Liga –un socio fundamental de Berlusconi-, dijo que su espacio debe “encontrar otra figura que sea compartida también por la centroizquierda”.