El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, renunció este lunes tras menos de un mes en el cargo, convirtiéndose en el jefe de gobierno con el mandato más breve de la Quinta República Francesa.
La renuncia fue aceptada por el presidente Emmanuel Macron y se produjo apenas 14 horas después de que Lecornu anunciara la formación de su gobierno. Sin embargo, en un gesto también inédito, el mandatario le otorgó un plazo de 48 horas para intentar construir un consenso político.
“Las condiciones ya no se cumplían para seguir siendo primer ministro”, declaró Lecornu una hora después de su dimisión, al pie del Palacio del Elíseo.
En su declaración, explicó haber intentado tender puentes con actores sociales y el sector empresarial para destrabar temas como el seguro de desempleo, la penosidad del trabajo o la Seguridad Social. Su objetivo, dijo, era “revivir el ejercicio paritario” y construir una hoja de ruta basada en acuerdos mínimos compartidos.
No obstante, atribuyó su fracaso a las tensiones internas del bloque presidencial y a la falta de cohesión política. “Siempre hay que preferir a su país antes que a su partido”, afirmó.
Más tarde, el político de 39 años anunció en la red social X que aceptaba iniciar negociaciones finales con las fuerzas políticas en busca de estabilidad. Desde el entorno presidencial advirtieron que, si fracasa, será Macron quien deberá asumir las consecuencias.
La noticia generó inestabilidad en los mercados: el índice CAC 40 abrió con una caída del 2% este lunes.
Lecornu había sido nombrado hace apenas 27 días y presentó un gabinete casi idéntico al de su predecesor, lo que desató críticas desde todo el arco político. Según medios franceses, el nuevo gobierno -sin grandes cambios- se encaminaba a enfrentar una moción de censura en el Parlamento.
Con su renuncia, el escenario político francés entra en una nueva fase de incertidumbre. Tres opciones están ahora sobre la mesa para el jefe de Estado: designar un nuevo primer ministro, con enormes dificultades para ampliar su base hacia la izquierda o la extrema derecha, disolver nuevamente la Asamblea Nacional, posibilidad habilitada desde julio pasado, y una tercera vía, la dimisión presidencial, que si bien volvió a circular como hipótesis, fue descartada por el entorno de Macron durante la jornada.