La tensión por la guerra en Ucrania aumenta día a día, tomando dimensiones potencialmente catastróficas porque llevan a Rusia y al líder de la OTAN, Estados Unidos, a medir sus fuerzas discursivamente en términos nucleares. Sucedió que ayer la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, advirtió que Estados Unidos y sus aliados se encuentran al borde de una abierta confrontación militar con Rusia. Zajárova indicó que podría llegar a tratarse de “un conflicto armado directo entre potencias nucleares”.
“Al provocar el agravamiento de la crisis ucraniana y desatar una feroz confrontación híbrida con Rusia, Washington y sus aliados se balancean peligrosamente al borde de una abierta confrontación militar con nuestro país, es decir, de un conflicto armado directo entre potencias nucleares”, afirmó la funcionaria.
Su mensaje también estuvo dirigido a Japón, que “prefiere no percatarse de semejante política desestabilizadora de su soberano estadounidense”, aseveró en respuesta a las declaraciones del primer ministro japonés, Fumio Kishida, acerca del peligro real del empleo de armas nucleares.
Desde Rusia y en una entrevista televisiva, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, ratificó la amenaza al manifestar: “La OTAN, en esencia, está involucrada en una guerra indirecta con Rusia a través de un representante y está armando a ese representante. La guerra significa guerra”.
Estos discursos fueron pronunciados mientras Estados Unidos reunía a sus aliados en una base aérea alemana, donde prometió el envío de armamento pesado para Ucrania. “Como vemos esta mañana, naciones de todo el mundo están unidas en nuestra determinación de apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión imperial de Rusia”, dijo el Secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, ante representantes de 40 países. El Departamento de Estado aprobó el lunes la posible venta de municiones a Ucrania por el valor de 165.000.000 de dólares. El paquete podría incluir municiones para obuses, tanques y lanzagranadas.
El embajador de Moscú en Washington, Anatoly Antonov, incluso pidió que se detengan los envíos, advirtiendo que las armas occidentales están inflamando el conflicto. Pero además de la promesa de armamento, Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron ayer el envío de 3.000 millones de dólares de ayuda económica a Ucrania.
Mientras tanto, en el terreno de la guerra avanza la contraofensiva de Kiev, que ayer atacó unidades militares rusas y un depósito de municiones en Jersón, al sur y limítrofe con la península de Crimea (anexionada por Moscú en 2014) con gran presencia de tropas rusas desde el inicio de la invasión en febrero.