Tal como se esperaba, Rusia inició ayer su largamente anunciada ofensiva terrestre en la región del este de Ucrania conocida como Donbass, a casi dos meses del inicio de la invasión y en medio de intensos combates y bombardeos simultáneos en distintas localidades de esa parte del país europeo, que dejaron al menos ocho nuevos civiles muertos en la jornada.
“Ahora podemos decir que las tropas rusas han comenzado la batalla por el Donbbas, para la que se estuvieron preparando durante mucho tiempo. Una gran parte de todo el Ejército ruso se dedica ahora a esta ofensiva”, anunció con pesimismo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien en un gesto más bien desesperado desafió: “No importa cuántas tropas rusas se desplieguen aquí, nosotros lucharemos, nos defenderemos y no cederemos”.
Minutos antes, distintas autoridades del Donbass ya habían informado sobre fuertes enfrentamientos y bombardeos rusos en varias localidades de Lugansk y Donetsk, las dos provincias que forman el Donbass, una región industrial fronteriza con Rusia donde la mayor parte de la población habla ruso. Por la mañana incluso, las autoridades regionales de Lugansk ya habían dado por iniciada la gran ofensiva en la región, tras varios días de preparativos y concentración de las tropas invasoras en esa parte del país. “La ofensiva ya ha comenzado”, afirmó a primera hora un comunicado la administración militar regional, que añadió que “se lucha por las calles de Kreminna”.
“Esto es un infierno. Ha comenzado la ofensiva de la que llevamos semanas hablando. Hay combates en Rubizhne y Popasna, combates incesantes en otras localidades pacíficas”, denunció el propio gobernador de Lugansk, Serguei Gaidai, a través de las redes sociales. La confirmación de Zelesnki llegó así al término de una jornada que había comenzado con ataques rusos con misiles a instalaciones militares de la occidental ciudad ucraniana de Lviv y otros numerosos objetivos en otras partes del país, interpretados como un esfuerzo por reducir las capacidades militares de Ucrania antes de lanzar su asalto en el Donbass.
El propio Departamento de Defensa de Estados Unidos había alertado al inicio del día que Rusia sumó artillería, decenas de miles de soldados y otras capacidades militares en las últimas horas para su ofensiva en el Donbass, y que podría disponer aún de más tropas si termina de conquistar la sureña ciudad portuaria de Mariupol, ubicada en el centro de la región, algo que parece inminente pues apenas resisten unos miles de soldados ucranianos atrincherados y rodeados en una enorme planta de producción de acero.
A fines de marzo, tras el fin de la primera etapa de su invasión, Rusia retiró sus tropas de Kiev y otras regiones del norte de Ucrania para abocarlas a la “liberación” total del Donbass, donde separatistas rusoparlantes controlan extensos territorios y combaten al Ejército ucraniano desde 2014, en rechazo a la destitución del entonces Gobierno prorruso por una ola de protestas. Más de 14.000 personas murieron en ese conflicto, según la ONU, y el presidente ruso, Vladimir Putin, dice que uno de los fines de la ofensiva en Ucrania es proteger a la población rusoparlante del “genocidio” que, según él, cometieron en el Donbass las nuevas autoridades prooccidentales de Kiev, a las que tilda de “neonazis”, en los últimos ocho años.
EE.UU. boicoteará las sesiones del G20 donde asista Rusia
La secretaria del Tesoro estadounidense Janet Yellen, que representará a Estados Unidos esta semana en el encuentro de ministros de Finanzas del G20, anunció que boicoteará algunas de las reuniones si Rusia participa en ellas.
Sin embargo, Yellen tiene previsto participar en la reunión inaugural del G20, dedicada a la economía global, donde podría estar presente la delegación rusa. El encuentro reunirá, a partir de mañana, a los ministros de Finanzas y banqueros centrales de los países del grupo de los 20, de los que forma parte Rusia.
Una fuente de la secretaria del Tesoro aclaró que Estados Unidos no quiere que la presencia de funcionarios rusos en el encuentro impida los trabajos del grupo, pero subrayó que la cita “no puede ser una reunión como otras” para Rusia.
A la vez, el Ministerio de Economía de Francia informó que varios países del G7 podrían abandonar la reunión del G20 cuando hable Rusia. Los países occidentales quieren excluir a Rusia del G20 pero Indonesia, que preside el grupo, se mantiene “imparcial”.
Civiles empiezan a volver a algunas partes de Ucrania
Por primera vez desde el inicio de la guerra, las autoridades de Polonia registraron el domingo un giro en el flujo migratorio en la frontera común, de manera que el sábado retornaron a Ucrania más personas de las que salieron. Polonia es el país que más refugiados ha recibido desde que Rusia inició la invasión el 24 de febrero.
Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), más de 2.700.000 de personas huyeron a Polonia durante estos 54 días, si bien parte de ellas siguieron hacia otros países de Europa. El sábado, unas 19.200 personas entraron a Polonia desde Ucrania, mientras que 22.000 cruzaron la frontera en sentido contrario.
También en los sitios asediados por las fuerzas rusas en Ucrania hay civiles que prefieren esconderse a huir de su lugar: en Mariupol, la ciudad más bombardeada en este momento, al menos 1.000 civiles se esconden en refugios subterráneos bajo la planta siderúrgica de Azovstal, según dijo el consejo de la ciudad portuaria, que añadió que Rusia está bombardeando la fábrica en poder de los soldados ucranianos.